Las autoridades cubanas siguen monitorizando el volumen de agua acumulado en los embalses, al haber más de 400.000 cubanos afectados por la sequía, según el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH).
Los afectados se concentran en las provincias orientales de Guantánamo, Santiago de Cuba y Holguín, así como en la provincia central de Camagüey y en La Habana.
«Esta no es la primera vez que tenemos una intensa sequía y, principalmente las provincias orientales, tienen inversiones ejecutadas que hay que activar», declaró recientemente la viceprimera ministra de Cuba, Inés María Chapman.
Chapman recordó que, entre las fortalezas del país, está su sistema de embalses, diseñado para entregar agua a la población y al tejido productivo.
Cuba, que no tiene grandes ríos y depende de las lluvias, dispone de casi 250 presas cuya capacidad total asciende hasta los 8.784 millones de metros cúbicos, con casi 800 kilómetros de canales conectados a esos reservorios.
El titular del INRH, Antonio Rodríguez, señaló que, según datos correspondientes al cierre de febrero, el 94 por ciento del territorio nacional tenía algún tipo de afectación por la sequía debido a unas lluvias por debajo de la media anual.
El INRH está centrando sus esfuerzos en estimular un uso racional del agua y minimizar las fugas.
Especialistas del Instituto de Meteorología (INSMET) pronosticaron que la falta de agua empeorará conforme aumente el déficit de precipitaciones.
«Estamos en el periodo más extremo de esas condiciones y, por las perspectivas climáticas, debe extenderse durante los próximos meses de la temporada poco lluviosa. Es decir, el resto de marzo, abril y el inicio del período lluvioso, después del 15 de mayo», pronosticó el director científico del INSMET, Vladimir Guevara.
El promedio de las precipitaciones se situa en 57,7 milímetros, lo cual es solamente un 35,5 por ciento de la lámina histórica, precisó Guevara.
Durante los diez primeros días de marzo, 137 de los 168 municipios cubanos no reportaron lluvias, de acuerdo con la información meteorológica.
La intensa sequía ha provocado varios incendios forestales, particularmente en Holguín, donde se han registrado dos grandes fuegos en pinares de la zona montañosa durante las últimas semanas. Y la falta de agua, además, también está teniendo un impacto negativo sobre la agricultura.
El campesino Eduardo Peña, que trabaja en una pequeña finca en la provincia central de Ciego de Ávila, anticipa una mala cosecha ante la falta de lluvias.
«Sin agua no se puede tener éxito en la siembra», lamentó.