Otro chico también de 16 años recibió un disparo en la cabeza y su estado es grave, informan medios locales.
Una joven de 16 años fue asesinada este lunes en un ataque en una escuela en Cambé, en el estado brasileño de Paraná, informa G1, que cita al Servicio Móvil de Emergencias (Samu). Asimismo, otro chico de 16 años recibió un disparo en la cabeza y su estado es grave.
Según la Policía Militar, el agresor, un antiguo alumno, de 21 años, se dirigió a la escuela supuestamente para solicitar unos documentos y comenzó a disparar.
Al llegar al Colegio Estatal Profesora Helena Kolody, los agentes detuvieron al atacante.
El Gobierno de Paraná decretó tres días de luto oficial por la tragedia.
Por su parte, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo haber recibido «con gran tristeza e indignación» la noticia del ataque. «Otra vida joven arrebatada por el odio y la violencia, que ya no podemos tolerar dentro de nuestras escuelas y sociedad. Es urgente que construyamos juntos un camino hacia la paz en las escuelas. Mis condolencias y oraciones a la familia y a la comunidad escolar», escribió.
Brasil ha registrado una ola de ataques contra escuelas este año que ha puesto en alerta a las autoridades. Lula anunció en abril un paquete de 3.000 millones de reales (unos 600 millones de dólares) para los estados y municipios para intentar hacer frente a estos ataques.
La proliferación del odio a través internet y las políticas armamentistas –que ganaron impulso durante la administración del exmandatario ultraderechista Jair Bolsonaro– están en el centro de la problemática.
Por su parte, el ministro de Justicia, Flávio Dino, ordenó la una investigación sobre las organizaciones nazis y neonazis en las redes, y destinó 150 millones de reales (30 millones de dólares) en el refuerzo de la seguridad en el entorno de los centros.
Un estudio realizado por la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp) contabilizó 23 ataques -24, si se suma el de este lunes- con extrema violencia en escuelas, la mayoría públicas, en los últimos 20 años en Brasil.
En estas dos décadas, 25 estudiantes murieron, cuatro profesores, dos profesionales en educación y cinco agresores.