Este miércoles en la entrevista de Encuentro con Julio Villagrán, Carmen Estela Pérez, presidenta de la Asociación de Industriales Químico-Farmacéuticos de El Salvador (INQUIFAR) habló sobre los retos que este sector ha tenido que enfrentar, posteriormente a la pandemia de COVID-19, y como los han ido superando sin ningún apoyo.
Pérez, explicó que con la llegada de la pandemia la economía no creció, pero que posteriormente se ha visto un repunte lo que ha permitido a la industria irse estabilizando, aunque aclaró que a nivel mundial la industria farmacéutica sigue creciendo, modernizando e innovando.
“Hay 36 laboratorios farmacéuticos en el país, en 2012 inician las inversiones fuertes, hasta la fecha van $90 millones en la reconstrucción, reconversión y reinversión del parque farmacéutico que implica modificaciones en instalaciones, equipos nuevos entre otros”, agregó.
Asimismo, reveló que de 18 laboratorios socios de INQUIFAR, el 80% de la facturación es nacional y el 60% es de exportación. Pérez aseguró que los niveles de inversión en las plantas farmacéuticas son tan altos que el mercado de El Salvador queda corto para tener un sano retorno a esos niveles de inversión.
“Hay un estimado de compras de 20% a 30 % en mercado privado, en las compras gubernamentales es más medible, la balanza comercial de medicamentos siempre es deficitaria, El Salvador está dentro de los 20 que Centroamérica le compra, entre los grandes está EE.UU.”, dio a conocer.
La presidente de INQUIFAR, señaló que ha pesar que se está buscando un reacomodo, difícilmente se volverá a la estabilidad en la que se encontraba la industria farmacéutica antes de la pandemia.
“Hemos crecido solos en esta economía, sin dirección o apoyos específicos, hemos llegado a mercados donde la calidad habla por nosotros”, destacó Pérez.