Al menos 157 personas han muerto y 185 han resultado heridas después de que un terremoto de magnitud 6,4 golpeara el oeste de Nepal en la noche del viernes, según fuentes oficiales.
El sismo tuvo lugar hacia la pasada medianoche con una magnitud de 6,2 en el distrito de Jajarkot, según el Centro Nacional de Monitoreo e Investigación de Terremotos de Nepal, y afectó también gravemente a la región vecina de Rukum Occidental. Ambas zonas se caracterizan por su carácter montañoso y difícil acceso por carretera.
Las autoridades nepalíes han desplegado cientos de efectivos en las zonas afectadas, pero las labores de rescate se están viendo afectadas por lo complicado del terreno. El mayor número de víctimas mortales se concentra en Jajarkot con 95 fallecidos.
Nepal se encuentra entre los países más propensos a desastres naturales y cuenta con una población muy vulnerable, mayormente pobre, además de carecer de infraestructura suficiente para hacer frente a inundaciones o terremotos. Este es el sismo más mortífero registrado en el país del Himalaya desde 2015 cuando murieron casi 9.000 personas.
Las autoridades solicitan ayuda internacional
El Gobierno nepalí ha solicitado ayuda internacional para hacer frente a la emergencia. Naciones Unidas ha anunciado que enviará equipos de rescate y ayuda humanitaria a las zonas afectadas.
«Pedimos a la comunidad internacional que ayude a nuestro país en este momento de crisis», ha declarado el primer ministro de Nepal, Sher Bahadur Deuba.
Las víctimas son principalmente personas que vivían en viviendas precarias
Las víctimas del terremoto son principalmente personas que vivían en viviendas precarias en las zonas rurales de Nepal. El sismo provocó el derrumbe de miles de casas, dejando a muchas personas sin hogar.
«No tenemos nada», ha dicho una mujer afectada por el terremoto en Jajarkot. «Nuestra casa se ha derrumbado y no tenemos dónde vivir».
El terremoto ha causado graves daños materiales
Además de las víctimas mortales, el terremoto ha causado graves daños materiales en las zonas afectadas. Se han derrumbado edificios, carreteras y puentes, dejando a muchas personas aisladas.
«Es una situación muy difícil», ha declarado un residente de Rukum Occidental. «No tenemos agua, comida ni electricidad».
Las autoridades nepalíes esperan que el número de víctimas mortales aumente a medida que continúen las labores de rescate.