Este viernes 5 de julio en el programa de Encuentro con Julio Villagrán, la economista, Julia Evelyn Martínez y el agricultor, Luis Treminio, hablaron sobre la situación del sector agropecuario y el impacto de la crisis económica y alimentaria a nivel nacional.

Para Treminio, El Salvador poco a poco se va convirtiendo en un país meramente importador de alimentos, donde la producción agrícola ha ido bajando a tal grado que la producción de 2023 se convirtió en la más baja de los últimos siete años.

“Se tenía proyectado para el año pasado que la producción iba a ser de 19 millones 800 mil quintales y al final tuvimos 17 millones 100 mil quintales en los 4 granos básicos, 2 millones 700 mil quintales menos de lo proyectado”, señaló el agricultor.

Uno de los principales problemas actuales, según Treminio, es la falta de una política nacional agropecuaria, lo que lleva a depender del pensamiento del Ministro de Agricultura en turno. Ante esto, el agricultor recordó que en los cinco años anteriores hubo cuatro ministros diferentes y terminó el periodo sin ministro de agricultura.

Similar en este nuevo periodo presidencial, luego de un mes desde la toma de posesión, aún no se ha nombrado a un ministro de agricultura, sino que se ha nombrado a un encargado del despacho del Ministerio de Agricultura, que según Treminio, no ha rendido como se esperaba. 

“Hemos pasado de 420 mil manzanas que se sembraba de maíz a 295 mil manzanas, necesitamos nosotros 18 millones 800 mil quintales de maíz para el consumo nacional y solo estamos proyectando 12 millones 920 mil quintales, vamos a tener un déficit en el caso del maíz de 5 millones 820 mil quintales para el año 2025”, comentó Treminio.

Para Treminio es primordial crear una política nacional agropecuaria, que cuente con tres ejes transversales: que sea participativa con todos los involucrados en el sector, que se adapte al cambio climático y que la política nacional trascienda al gobierno. 

Por su parte, la economista comentó que el Fondo de Naciones Unidas para la agricultura y alimentación ha clasificado a El Salvador, para el año 2024, como uno de los 18 puntos críticos del hambre a nivel mundial. Según esos mismos datos, hay 3 millones 300 mil personas en el país que están en condición de estrés alimentario.

“Para el proyecto económico de este gobierno de los 5 años anteriores, los próximos 5 y quién sabe cuántos más, la alimentación de la población no es una prioridad, la prioridad en El Salvador es otra como el turismo, el bitcoin y los mega proyectos en los que van desalojos y despojos de tierra”, opinó Martínez.