La vicepresidenta primera y ministra española de Economía, Nadia Calviño, ha asegurado este viernes que su nombramiento como futura presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI) confirma el «liderazgo europeo e internacional» de España.
Calviño, que será la primera mujer en presidir el BEI desde su fundación en 1958, ha sido elegida por los países de la Unión Europea para relevar en el cargo al alemán William Hoyer.
«Lo que confirma es el aprecio, el respeto y el liderazgo de nuestro país en el ámbito europeo e internacional, resultado del intenso trabajo de estos últimos años», ha señalado Calviño durante la rueda de prensa posterior al Ecofin que se ha celebrado este viernes en Bruselas.
La vicepresidenta española ha destacado que el BEI es «el banco público de desarrollo más importante del mundo» y tiene una «papel clave» para la economía europea, que irá en aumento en los próximos años con su intervención en la reconstrucción de Ucrania.
Calviño también ha mencionado otros proyectos destacados para la institución como la financiación de la transición verde para «reforzar el papel de Europa en el mundo» y de otros que sirvan para impulsar «un crecimiento fuerte y sostenible en la Unión Europea».
Relevo al frente de Economía
Respecto a su relevo al frente de una cartera tan estratégica como Economía, Calviño ha asegurado a preguntas de los medios de comunicación que la noticia se acababa de confirmar y que aún no había tomado contacto con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para «discutir cuáles son las opciones y cómo se encajaría esa transición».
Su nombramiento conlleva su salida del Ejecutivo, al que llegó en 2018, aunque Sánchez ha asegurado esta semana que apurará los plazos para nombrar un sustituto de quien ha sido una figura clave de su Gobierno, en el que ha tenido que afrontar importantes retos como la crisis económica derivada de la pandemia, la gestión de los fondos europeos o la crisis energética provocada por la invasión rusa de Ucrania.
La vicepresidenta española ha descartado que su designación vaya a suponer un obstáculo para la elección de Madrid como sede de la nueva agencia contra el blanqueo de capitales y la lucha y la financiación contra del terrorismo, y ha asegurado que el Gobierno está «comprometido» con la candidatura de la capital española.