Según la demanda, las autoridades mexicanas no aplican adecuadamente la legislación sobre protección forestal y suministro de agua.
Un ciudadano de México presentó recientemente una denuncia por daños ambientales al país provocados por la producción de aguacate, un fruto con un alto valor comercial debido a su gran demanda en los mercados nacionales e internacionales. La mayor demanda procede de EE.UU., especialmente durante la final del campeonato de fútbol profesional, la Super Bowl, que se celebrará este domingo.
En México, los aguacates se producen en cinco estados, pero Michoacán tiene el mayor peso en este rubro: 8 de cada 10 aguacates mexicanos son de producción michoacana, mientras que 5 de cada 10 en el mundo también provienen de allí, según datos del Foro Económico Mundial. Sin embargo, satisfacer el apetito de EE.UU. por esta fruta podría tener consecuencias legales, debido al daño causado a los recursos de México durante su producción masiva.
Así, el ciudadano, cuyo nombre no se ha revelado, presentó una demanda ante la Comisión para la Cooperación Ambiental en el marco del Tratado de Libre Comercio entre Canadá, Estados Unidos y México (T-MEC), en la que acusa a las autoridades mexicanas de no aplicar adecuadamente la legislación sobre protección forestal y suministro de agua. Subrayó que entre 1976 y 2005, habían desaparecido entre el 25% y el 35% de los bosques en algunas zonas de Michoacán.
Las causas residen en el hecho de que las plantaciones, que están en constante expansión, exigen un gasto considerable de agua para su irrigación. Según algunas estimaciones, para producir un kilogramo de aguacate se utilizan 2.000 litros de agua, cuatro veces más que en el caso de las naranjas.
«Este comportamiento lo resiente el campo porque hay mayor demanda de tierras para el cultivo de aguacate, mayor demanda de recursos como el agua, recursos hídricos que efectivamente tiene un efecto de una presión sobre los recursos naturales y no es para consumo nacional», explica la doctora Armonía Borrego, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Al mismo tiempo, a pesar del daño causado a la naturaleza mexicana, la exportación a EE.UU. de esta fruta, conocida como ‘el oro verde’, arroja ganancias anuales por encima de los 3.000 millones de dólares. Sin embargo, gran parte de estos recursos acaban en manos de empresas estadounidenses.
De acuerdo con Borrego, algunas de estas compañías se establecieron en Michoacán en 1997, el mismo año que se autorizó la exportación de aguacate a EE.UU. «De tal manera que podríamos decir que las exportaciones no son mexicanas, son exportaciones extranjeras y son ellos realmente quienes se llevan una parte importante de las ganancias, no tanto los productores, sino estas empresas que se dedican al transporte y lo hacen desde el primer año que se autorizaron las exportaciones, ellos ya estaban instalados», afirmó.
Ahora, frente al activo crecimiento del negocio y la voracidad por el consumo de aguacates, las instancias correspondientes tienen que determinar en qué medida la producción y exportación del oro verde afecta al campo y a los recursos naturales de México.