El Gobierno francés y los conservadores lograron este martes un acuerdo sobre la ley de inmigración, que endurece las condiciones de acceso al país y a los derechos sociales para los extranjeros.
La nueva ley, que será votada este miércoles en la Asamblea Nacional, incluye medidas como:
• Retrasar el acceso a las ayudas sociales para los inmigrantes hasta tres años.
• Limitar el acceso a la nacionalidad francesa a los inmigrantes que tengan un buen nivel de francés y que hayan realizado estudios o trabajado en el país durante al menos cinco años.
• Facilitar la expulsión de los inmigrantes en situación irregular.
El acuerdo fue celebrado por la extrema derecha, que considera que la ley es un triunfo de su política de «preferencia nacional».
«Es una victoria ideológica que defiende la preferencia nacional», dijo Marine Le Pen, líder de Agrupación Nacional.
La izquierda, por su parte, calificó la ley de «xenófoba» y «discriminatoria».
«Estamos en un momento terrorífico», dijo Olivier Faure, primer secretario del Partido Socialista francés.
La ley se enmarca en el creciente debate sobre la inmigración en Europa, donde el auge de la extrema derecha ha impulsado políticas más restrictivas.
En Francia, la inmigración es un tema especialmente sensible, ya que el país ha recibido a millones de inmigrantes en los últimos años.