La noche del pasado 18 de febrero, Diego Barría salió de casa, en la provincia argentina de Chubu, montó en su cuatriciclo y ya no se volvió a saber de él.
Dos pescadores encontraron el pasado domingo restos humanos en el estómago de un tiburón que, posteriormente, se confirmó que se correspondían con los de Diego Barría, un hombre de 32 años que desapareció el 18 de febrero en Puerto Visser (Chubut, Argentina), informan medios locales.
Los hombres que capturaron al animal, de 1,5 metros de largo, encontraron en sus vícturas un trozo de piel humana con un tatuaje en forma de rosa tricolor, por lo que decidieron avisar a la Policía y a la Prefectura Naval.
Precisamente fue el tatuaje de esa flor —que incluía una inscripción ilegible— lo que permitió a los familiares de Barría corroborar en la morgue judicial que los restos pertenecían a su allegado.
¿Qué ocurrió?
Diego Barría salió de casa en su cuatriciclo sobre las 21:00 (hora local) del sábado de la semana pasada y ya no se supo más de él. Al cabo de unas horas se inició una búsqueda, localizándose únicamente el vehículo con graves daños en su carrocería y el casco del conductor.
La Unidad Regional de Policía de Comodoro Rivadavia explicó que no halló rastro del hombre. «De que hubo un accidente, lo hubo y se están realizando las pericias correspondientes para saber si hubo otro vehículo involucrado», comentó la comisaria Daniela Millatruz.
Asimismo, la funcionaria indicó que se baraja la hipótesis de que, tras sufrir el siniestro, Barría pudo haber salido caminando o haber sido alcanzado por la marea, teniendo en cuenta que «el mar arrastró el asiento y lo dejó en la costa».
Un estuche de gafas de sol de la marca Reef que contenía unas lentes con un cristal desprendido y una varilla dañada fue localizado el 25 de febrero en las piedras de la playa, en el mismo lugar donde se había localizado el cuatriciclo. La madre de Barría constató que eran de su hijo.