A sus 26 años, la felina ama los mimos y la comida y sigue igual de curiosa y juguetona que una gatita.
La gata británica Flossie, de tonos anaranjados con tintas de negro, ha establecido un récord como la gata más longeva del mundo que sigue con vida. Nacida el 29 de diciembre de 1995, reside en la ciudad de Orpington, al sur de Londres, y tiene 26 años y 329 días, que en términos felinos equivalen aproximadamente a 120 años humanos.
A poco más de un mes de cumplir los 27, Flossie entró en el Libro Guinness de los Récords, recibiendo el respectivo certificado el pasado 10 de noviembre. La felina goza de buena salud y, aunque ya es sorda y tiene problemas de visión, sigue igual de juguetona y anda curioseando cual gatita jovencita, según su dueña, Vicki Green.
«Nunca pone mala cara a la oportunidad de una buena comida», contó la mujer, que cuida mucho a su querida mascota y le ayuda con sus pequeñas tareas diarias, como el aseo personal, que a veces se le complican dada su avanzada edad. «Estamos juntas en esto», aseguró Vicki.
La dueña de Flossie la recogió de Cats Protection, una asociación caritativa británica, cuando la gata ya era entrada en años. Su previa compañera de vida, Honeybun, murió a los 21 años, así que Vicki tiene experiencia en cuidar de gatos viejitos, que le parecen muy dulces.
La vida de Flossie empezó en una colonia gatuna cerca de un hospital de Merseyside, donde la adoptó una trabajadora, con la que vivió durante diez años hasta que falleció. La felina terminó bajo los cuidados de la hermana de la mujer, y así pasó otros 14 años, hasta que esta también murió. Fue entonces cuando el hijo de la fallecida asumió la responsabilidad del bienestar de Flossie y trató de cuidarla, pero finalmente la entregó a los voluntarios para que recibiera cuidados profesionales.