El grupo islamista Hamás ha liberado a 110 rehenes israelíes y extranjeros gracias a la tregua de siete días de finales de noviembre. Sin embargo, todavía retiene a 135 civiles, de los que se estima que una veintena están muertos y el resto en riesgo inminente.
«No podemos saber su estado, pero si conocemos que están en grave peligro y que mucha gente les da por muertos», explica Afredo Tovias, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Jerusalén (Israel).
De hecho, esta semana las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) acabaron con la vida de tres de ellos por accidente y localizaron en uno de los túneles de Hamás los restos mortales de dos de los hombres retenidos durante los ataques de hace ya más de dos meses.
La pregunta más sonada ahora respecto a estas personas secuestradas es qué posibilidades tienen de sobrevivir. La respuesta de los expertos es ninguna, a no ser que haya una nueva tregua entre el gobierno de Netanyahu y Hamás.
Israel tiene muy difícil acceder a ellos y rescatarlos con vida. Ignacio Gutiérrez de Terán, profesor de Estudios árabes e islámicos en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) explica que solo se podría dar esta última situación «con un bombardeo muy quirúrgico, muy bien orquestado, disponiendo de información de inteligencia de dónde están, y qué tipo de guardia les está custodiando». Una información que el ejército no tiene.
Además, Tovias explica que Hamás ha aprendido la lección y ha cambiado de estrategia respecto a otras ocasiones: «Saben que hay que dispersarlos porque así es mucho más difícil encontrarlos. Las operaciones de rescate militar ya no son como lo eran en los años 70». En la década de los 70 también se produjeron secuestros en esa época, por parte del Frente Democrático para la Liberación de Palestina
La situación actual de los rehenes en manos de Hamás es dramática. Están en grave peligro y es muy probable que mueran. El único modo de salvarlos es que haya una nueva tregua y que Hamás esté dispuesto a liberarlos.