Palestina condenó hoy la provocativa visita del ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben-Gvir, al importante sitio sagrado del complejo de la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén Oriental, y advirtió que esto podría conducir a una escalada de la violencia.
Nabil Abu Rudeineh, vocero de la presidencia palestina, dijo en una declaración de prensa que «la decisión de Ben-Gvir de entrar a Al-Aqsa es un desafío al pueblo palestino, la nación árabe, y la comunidad internacional».
El vocero advirtió que «continuar con estas acciones provocadoras contra los sitios sagrados conducirá a más tensión, violencia y condiciones explosivas».
Abu Rudeineh responsabilizó al Gobierno israelí de cualquier resultado o repercusión relacionados con sus «políticas racistas contra el pueblo palestino y sus sitios sagrados».
«Los intentos de las autoridades israelíes para modificar la realidad histórica y legal existente en Al-Aqsa a través de perpetuar su división temporal y dividirla en términos espaciales son rechazados y están condenados al fracaso», dijo.
Tras describir a Jerusalén y los sitios sagrados como «una línea roja que no puede cruzarse», el vocero instó a Estados Unidos a «asumir sus responsabilidades y a obligar a Israel a detener su escalada y asedio a la mezquita de Al-Aqsa antes de que sea demasiado tarde».
Ben-Gvir entró hoy al complejo de la mezquita de Al-Aqsa y deambuló por los patios de la mezquita un rato bajo la estricta protección de seguridad de la policía israelí, de acuerdo con fuentes palestinas e israelíes.
Su repentino ingreso a la mezquita contrastó con los informes de los medios israelíes, los cuales señalaron que el ministro se retractó de su acción después de reunirse anoche con el primer ministro Benjamin Netanyahu.
Las facciones palestinas, incluyendo el Movimiento de Resistencia Islámica Hamas y la Yihad Islámica Palestina, amenazaron a Israel antes de la visita de Ben-Gvir al lugar.
Por otra parte, el primer ministro palestino, Mohammed Ishtaye, dijo en la reunión semanal del gabinete de la Autoridad Palestina que la irrupción de Ben-Gvir en Al-Aqsa, el tercer sitio más sagrado del islam, constituye un «serio desafío a los sentimientos del pueblo palestino».
Ishtaye hizo un llamado a los palestinos para que confronten estas incursiones cuyo objetivo es convertir la Mezquita de Al-Aqsa en «un templo judío, lo cual constituye una violación a todas las normas, valores, acuerdos y leyes internacionales y a las promesas de Israel al presidente estadounidense Joe Biden».
«El pueblo palestino no abandonará su legítima lucha hasta alcanzar sus derechos por medio del establecimiento de su Estado independiente con Jerusalén como capital, y enfrentará con toda la fuerza estas políticas y medidas racistas», dijo Ishtaye.
Israel se apoderó de Jerusalén Oriental durante la guerra de 1967. Los palestinos desean establecer un Estado independiente con Jerusalén Oriental como capital, pero Israel considera a Jerusalén unido como su capital eterna.