Desde Pekín aseguran haber encontrado riesgos «relativamente graves» para su seguridad cibernética, aunque desde Washington señalan que la acción de China «no tiene ninguna base».
La decisión de China de prohibir la venta de productos de Micron Technology para los operadores locales de infraestructura de información clave aumenta las tensiones comerciales con Washington, al tiempo que agudiza la carrera entre las empresas de microchips en Asia. Así lo estima Reuters en un artículo publicado este lunes.
Desde la Administración del Ciberespacio de China (ACC) explicaron la medida contra Micron, el mayor fabricante de semiconductores de memoria de EE.UU., argumentando que a lo largo de su investigación encontraron riesgos de seguridad cibernética «relativamente graves» para la cadena de suministro de infraestructura crítica.
Por su parte, el Departamento de Comercio estadounidense se opuso a la restricción, señalando que «no tiene ninguna base«. «Esta acción, junto con recientes ataques contra otras empresas estadounidenses, es incoherente con las afirmaciones [de China] de que está abriendo sus mercados y comprometida con un marco normativo transparente», denunció un portavoz del organismo, citado por la agencia de noticias.
Aparte de reavivar las tensiones entre Washington y Pekín, las restricciones contra Micron llegan en un momento en el que el Grupo de los Siete (G7) puntualizó su estrategia de relaciones con China que consiste en reducir los riesgos, pero no alejarse de Pekín en materia de lazos económicos. Asimismo, los países del bloque quieren construir relaciones «constructivas y estables» con Pekín, aunque manifestaron su compromiso de contrarrestar «prácticas malignas» y «coerción» económica.
Impacto limitado
Mientras, analistas señalan que las restricciones chinas han tenido un impacto directo limitado contra Micron, dado que la mayoría de sus clientes en el país asiático son fabricantes de electrodomésticos. Sin embargo, señalaron que la medida podría forzar a algunas empresas a prescindir de los productos de la firma estadounidense en sus cadenas de suministro por riesgos políticos.
«Como los productos de Micron DRAM y NAND [chips de memoria] están mucho menos en servidores, creemos que la mayor parte de sus ingresos en China no proceden de las telecomunicaciones ni del Gobierno. Por lo tanto, el impacto final sobre Micron será bastante limitado«, anotaron desde la banca de inversión estadounidense Jefferies.
Según sus cálculos, el año pasado Micron acumuló 5.200 millones de dólares en ingresos desde China, lo que representa un 16 % de sus beneficios totales.
Entretanto, la compañía perdía un 4,4 % durante la cotización previa a la apertura de la bolsa Nasdaq. A su vez, otros fabricantes de semiconductores estadounidenses como Qualcomm, Intel y Broadcom bajaban casi un 1 %.
La decisión de Pekín parece beneficiar también a las empresas locales chinas, así como a sus rivales en Corea del Sur, recoge Reuters. En particular, las cotizaciones de firmas chinas como Gigadevice, Ingenic y Shenzhen Kaifa se abrieron con alzas entre el 3 y 8 %. Asimismo, las empresas surcoreanas Samsung y SK Hynix también experimentaron ligeras subidas.
Restricciones anteriores de Washington
Pese a la oposición actual por parte de EE.UU., anteriormente, Washington también ha tomado medidas restrictivas con el objetivo de limitar el acceso de Pekín a ciertos equipos avanzados.
Así, en septiembre pasado, el Gobierno del presidente Joe Biden prohibió a la compañía tecnológica Nvidia vender sus chips a China, acogiéndose a la necesidad de «proteger la seguridad nacional». Del mismo modo, la compañía AMD recibió nuevos requisitos de licencia para exportar sus productos al gigante asiático.
A finales de enero, el diario británico The Financial Times reportó, citando fuentes al tanto del asunto, que Washington dejó de conceder licencias a las firmas estadounidenses para exportar sus productos a la compañía china Huawei.
La decisión forma parte de la campaña de EE.UU. contra el gigante tecnológico en cuestión, incluido en la ‘lista negra‘ del Departamento de Comercio durante la Administración del expresidente Donald Trump, ante las preocupaciones de que Huawei supuestamente ayuda en tareas de espionaje a China, algo que la compañía rechaza rotundamente.