El Vaticano ha aclarado este jueves su permiso para bendecir a parejas homosexuales, reafirmando su postura «clara y clásica» sobre el matrimonio y la homosexualidad.
En un documento publicado por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, la Santa Sede subraya que las bendiciones no se pueden asemejar a ningún acto litúrgico ni suponen un cambio respecto a su rechazo a las uniones de parejas del mismo sexo.
«Las bendiciones no ritualizadas no son una consagración de la persona o de la pareja que las recibe, no son una justificación de todas sus acciones, no son una ratificación de la vida que llevan», señala el texto.
El Vaticano insiste en diferenciar los actos rituales de estas bendiciones que pueden ser incluso espontáneas. De hecho, aconseja que no se realicen delante de un altar y explica que pueden durar 10 o 15 segundos.
«No es un visto bueno ni una ratificación de nada», continúa el texto, que señala que una pareja debe «implorar» esa ayuda de Dios y entonces se pregunta si tiene sentido negar este tipo de bendiciones a esas dos personas que la suplican.
Aunque el Vaticano apela a los obispos a transmitir a los sacerdotes que no pospongan injustificadamente ni prohíban este tipo de bendiciones, acepta que según la realidad de cada diócesis se puedan prolongar los plazos o establecer las maneras concretas de impartirlas. De hecho, argumenta que en aquellos países donde la homosexualidad está penada no se realicen estas bendiciones para no exponer a las parejas del mismo sexo a un castigo violento.
La argumentación vaticana insiste en varios puntos en recordar a los sacerdotes que «de ninguna manera están autorizados a proponer o habilitar bendiciones que puedan asemejarse a un rito litúrgico».
El papa Francisco ha dado algunos pasos que han relajado la oposición de la Iglesia hacia los homosexuales, ha negado que esa condición sexual sea un delito, pero la Iglesia sigue lejos de admitir la igualdad de estas personas con respecto a los creyentes heterosexuales.
En las últimas horas, el Vaticano también ha sido noticia por la excomunión de un sacerdote que llamó «usurpador» al papa Francisco.