El presidente estadounidense, Joe Biden, nominó a Jean Elizabeth Manes para ocupar la Embajada de EE.UU. en Bogotá, en medio de la incertidumbre por la postura que tomará Washington respecto a la política antidrogas que anunció el mandatario colombiano, Gustavo Petro.

La nominación de Manes no está exenta de polémica, más allá del beneplácito inicial que recibió por parte de la Embajada de Colombia en EE.UU. y de que deberá ser ratificada por el Senado norteamericano. 

Salida de El Salvador

Manes, que fue embajadora de EE.UU. en El Salvador de 2016 a 2019, asumió las funciones de encargada de negocios interina el pasado 1 de junio, pero a los seis meses dejó el encargo y acusó al Gobierno de Nayib Bukele de no mostrar «ningún tipo de interés por mejorar» la relación entre las dos naciones. 

«Estamos haciendo una pausa, porque el gobierno de El Salvador no está mostrando ningún tipo de interés por mejorar la relación», dijo Manes.

Con su renuncia a las funciones de encargada de negocios de El Salvador, Manes continuó con su labor como asesora superior de política exterior del Comando Sur de EE.UU., un puesto que tiene desde 2019.

Manes habla español y portugués y tiene amplia experiencia en América Latina, con asignaciones en Brasil, Uruguay y Argentina.

En EE.UU. se le reconoce como «una líder inclusiva y eficaz con amplia experiencia en la dirección de operaciones interinstitucionales complejas». Con este cartel, Manes fue nominada por Biden para una nueva asignatura en Bogotá.

Desde la Embajada colombiana en EE.UU. dieron la bienvenida a la nominación de la diplomática «para ocupar este puesto vital y fortalecer aún más los lazos» entre las dos naciones. 

Expectativas en Colombia

El Gobierno de Petro es, con distancia, más conciliador que la Administración de Bukele. No obstante, el mandatario colombiano se opone a la política antidrogas que impulsa Washington desde 1971, cuando el entonces presidente Richard Nixon (1969-1974) declaró la fallida guerra contra las drogas.  

«De la prohibición de la marihuana y la cocaína, que nos dejó un millón de muertos latinoamericanos, EE.UU. pasó a la plaga del fentanilo que le mata 100.000 ciudadanos por año. En vez de mitigar los daños, se potenciaron«, apuntó Petro en diciembre pasado. 

Al respecto, Petró manifestó que los países deben de dejar de criminalizar a los usuarios, para «pasar fuertemente a la prevención y al tratamiento de la drogadicción como una enfermedad de salud pública». 

En uno de los principales temas de la agenda de Washington en la región es que Manes intentaría mostrar su experiencia para mantener una buena relación con Bogotá. 

Relaciones entre Bogotá y Caracas

Además, Petro reactivó las relaciones diplomáticas con el Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, en un claro distanciamiento de la política hacia Caracas tomada por su antecesor, Iván Duque, que desde el inicio se mantuvo en la misma sintonía que Washington. 

En este incierto panorama para los intereses de Washington, Manes podría arribar a Colombia y poner en práctica sus habilidades como integrante de carrera del Servicio Exterior Superior de EE.UU., en donde obtuvo el rango de ministra-consejera.

Se prevé que el Senado estadounidense tarde algunos meses en ratificar el nombramiento de Manes para la Embajada en Colombia. 

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