Después de que la CEDEAO anunciara su intención de lanzar una operación militar para destituir a la junta militar que gobierna el país, se plantean dudas sobre si es prudente y si el bloque dará realmente este paso.
Más de dos semanas después de que el Gobierno de la junta militar nigerina llegara al poder mediante un golpe de Estado y prometiera liberar a Níger de la influencia colonial, las tensiones en la región siguen aumentando y amenazan con escalar hasta provocar hostilidades que impliquen a varios países africanos.
Intervención militar por parte de la CEDEAO
Después de que el pasado domingo las nuevas autoridades nigerinas rechazaran el ultimátum fijado por la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), que exigía restituir al presidente derrocado, Mohamed Bazoum, la organización anunció este jueves que apoya una intervención militar en el país «lo antes posible».
La semana pasada ya se hicieron declaraciones sobre la necesidad de una operación militar por parte de las fuerzas conjuntas de la CEDEAO, pero ahora parece que la organización está decidida a dar este paso, a pesar de que no todos sus miembros están de acuerdo. En este sentido, en un futuro próximo se celebrarán conferencias de los jefes de Estado Mayor de los países miembros.
Mientras tanto, el mismo día se dio a conocer que durante una reunión entre representantes de la junta militar y la subsecretaria de Estado de EE.UU. para Asuntos Políticos, Victoria Nuland, que visitó Níger este lunes, le habían advertido de que matarían a Bazoum en caso de cualquier intento de intervención militar por parte de los países vecinos.
Cabe señalar que la propia alta funcionaria estadounidense calificó de «extremadamente francas y, en ocasiones, bastante difíciles» las negociaciones con el jefe de las Fuerzas de Operaciones Especiales de Níger, Moussa Salaou Barmou, quien ejerce de jefe de Defensa de la junta, y tres coroneles. En este contexto, Washington también decidió suspender cierta asistencia para el Gobierno de Níger «mientras la situación siga siendo inestable».
Reacciones internacionales a una posible intervención militar
El anuncio de la CEDEAO ha provocado diferentes reacciones: algunos países, tanto africanos como occidentales, expresaron su apoyo a la medida, mientras que otros insisten en que debe encontrarse una solución pacífica y diplomática.
Una de las primeras reacciones fue la de Francia, contra cuya influencia protestan los partidarios del golpe nigerino. Así, el Ministerio de Asuntos Exteriores francés comunicó que París «apoya todas las conclusiones» adoptadas por la CEDEAO destinadas a «restablecer el orden constitucional y democrático» en el país africano.
Posteriormente, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, aseguró que Washington también apoya firmemente los esfuerzos de la organización en este sentido. Además, según sus palabras, durante la reunión de Nuland con los golpistas, ella «les dejó claro el imperativo de restablecer el orden constitucional, así como todo lo que está en riesgo si no lo hacen».
Uno de los Estados miembros de la CEDEAO más decididos en este asunto es Costa de Marfil. Así, el presidente del país, Alassane Ouattara, aseguró el jueves que su país participará en la operación militar, junto con Nigeria y Benín. «Estamos decididos a restituir a Bazoum en su puesto«, declaró, señalando que su país entregará un batallón de militares y que ya ha hecho todos los preparativos financieros.
Al mismo tiempo, hay países que se oponen a cualquier intervención militar. Por ejemplo, José Maria Neves, presidente de otro Estado miembro de la CEDEAO, Cabo Verde, afirmó que su país se opone a la medida. «Todos debemos trabajar para restablecer el orden constitucional en Níger, pero en ningún caso mediante una intervención militar o un conflicto armado en este momento», dijo, señalando que Praia «difícilmente podría unirse a una fuerza de este tipo».
Por su parte, Rusia también se mostró opuesta a las hostilidades. «Creemos que la vía militar para resolver la crisis de Níger podría conducir a un enfrentamiento prolongado en este país africano y también a una fuerte desestabilización de la situación en el conjunto de la región Sahara-Sahel», comunicó la Cancillería rusa.
Mientras tanto, el ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Antonio Tajani, subrayó que la diplomacia debe prevalecer para evitar el estallido de una guerra:
«A veces Europa se ha equivocado: no podemos pensar en imponer reglas a los países del continente africano, ni un modelo social que no puedan adoptar. Debemos actuar siempre con respeto hacia ellos»
¿Es realista la posibilidad de una intervención en Níger?
Cabe recordar que la CEDEAO había ordenado el despliegue de su «fuerza de reserva» contra la junta militar nigerina, aunque todavía no se ha especificado qué países participarán en la formación, cuál será el número de tropas y qué armas se utilizarán.
Al mismo tiempo, aún no está claro si la medida de la CEDEAO se llevará a cabo, ya que se trata de la primera misión a gran escala de su fuerza conjunta, creada hace unos 30 años para la pacificación, la supervisión de operaciones humanitarias, así como para realizar despliegues preventivos. «Sobre el papel, es un mecanismo muy sólido desempeñar una función crucial en la lucha contra los golpistas», afirmó Me Oumar Berté, letrado del Colegio de Abogados de París especializado en derecho de la CEDEAO, señalando que se trata de la primera vez que esta fuerza «se moviliza tan rápidamente, sin demora«.
Sin embargo, uno de los argumentos más sólidos a favor de que la intervención no tenga lugar es el hecho de que, aunque la «fuerza de reserva» intervino en varias ocasiones en Sierra Leona y Guinea-Bissau en las décadas 1990 y 2000, no se desplegó durante los golpes de Estado de Mali (2021), Guinea (2021) y Burkina Faso (2022).
Además, de acuerdo con Me Oumar Berté, no todos los países estaban a favor de la creación de esta fuerza, lo que hizo que varios miembros no participaran en algunas de las operaciones del bloque: por ejemplo, Burkina Faso y Costa de Marfil se quedaron fuera de la guerra de Liberia en los años 1990. Este hecho demuestra que no siempre existe consenso entre los países miembros del bloque, lo que se confirma por las acciones de Burkina Faso y Malí, que apoyaron a la junta militar nigerina y dejaron claro que una intervención en Níger sería vista como una agresión contra ellos.
Otro obstáculo para la intervención en Níger es la dificultad para financiar la «fuerza de reserva». Aunque la CEDEAO dispone de fondos propios, una operación militar de este tipo solo puede llevarse a cabo con un mayor apoyo financiero de otros países y organizaciones internacionales. «Una intervención de este tipo llevará tiempo porque, aunque la CEDEAO consiga eliminar a los golpistas, tendrá que permanecer movilizada sobre el terreno durante mucho tiempo para garantizar la estabilidad política del país», concluye el abogado.
Por su parte, el periódico francés Le Monde también subraya que la operación militar del bloque africano podría enfrentarse a la resistencia del propio pueblo de Níger. «La frustración acumulada de la población nigerina, que vive en una pobreza sin precedentes, y la fuerza de la retórica antifrancesa de la junta hacen extremadamente compleja cualquier intervención exterior», indica el medio.