Mientras algunos denunciaron que se trataba de violencia de género, otros consideraron que era solo una «tradición».

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, condenó este lunes que algunos de sus simpatizantes golpearan y quemaran una piñata con la figura de la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña.

Las imágenes que provocaron la controversia y poblaron las redes sociales y los medios de comunicación se registraron el sábado, durante la marcha por el 85 aniversario de la expropiación petrolera que el mandatario encabezó en el Zócalo de la Ciudad de México.

«No debe llevarse a cabo este tipo de actos. No es lo mejor. Creo que hay formas de protestar sin llegar a esos extremos. Condeno esos actos, no hace falta», dijo.

También convocó a ver a los opositores como adversarios, no como enemigos.

«No somos iguales a los conservadores. Ellos nos ven como enemigos a destruir, no como adversarios a vencer y no podemos actuar de la misma manera. Hay que ser respetuosos«, señaló.

López Obrador recordó que el movimiento que él encabeza ha sido y es pacífico, porque hace un llamado constante a no odiar y a hacer valer «el amor al prójimo».

Consideró, además, que quienes quemaron la piñata de la presidenta de la Suprema Corte representan expresiones minoritarias.

«La mayoría de la gente está muy consciente de que se debe seguir luchando por la vía pacífica y vamos muy bien. No hay que darle motivos a los conservadores, que son muy hipócritas. No debe pasar eso en ningún caso pero cuando quemaron mi figura nadie se quejó», afirmó.

¿Qué pasó?

Entre los miles de manifestantes que acudieron a respaldar a López Obrador, un grupo llamó la atención porque llevó una piñata de la ministra, a la que comenzaron a insultar, luego a apalear y, finalmente, la quemaron entre gritos de algarabía, lo que desató principalmente dos tipo de reacciones.

Por un lado, abundaron las críticas a esta forma de repudio en medio de la incesante violencia que padece México, además de que representa una falta de respeto a la división de poderes y revive simbólicamente la violencia de género en un país en el que más de una decena de mujeres son víctimas de femicidio a diario.

Algunos incluso responsabilizaron de estos actos a los discursos que López Obrador suele proferir en sus conferencias mañaneras. En este caso en particular, el presidente ha denostado frecuentemente a la presidenta de la Corte, quien el pasado 2 de enero se convirtió en la primera mujer en ocupar este cargo.

Los simpatizantes del presidente, por el contrario, consideraron que quemar piñatas se trata de «una tradición» y que suele ocurrir con políticos de todo tipo, incluso con el propio López Obrador.

También descartaron que se trate de violencia de género y minimizaron las imágenes al señalar que, en realidad, solo representa una crítica al Poder Judicial.

En contra

Desde el oficialismo, destacó la crítica de la senadora y exsecretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien recordó que Piña trabajó con ella cuando fue ministra de la Suprema Corte.

«Independientemente de esto, las muestras de intolerancia hacia su persona y hacia la institución que representa son inadmisibles. La violencia nunca es la respuesta«, afirmó.

Beatriz Gutiérrez Müller, escritora y esposa de López Obrador, también se sumó a los cuestionamientos a este tipo de protestas.

«No convertir la libertad en libertinaje es clave para vivir y convivir en un país plural y democrático como el nuestro. Mi apoyo a todas las mujeres de la política (o circunstancialmente cerca de esta) ante la vejación a sus personas o imagen, o la de sus hijos. Lo he padecido tanto, ¿cómo no solidarizarme? Subamos el nivel. No violencia. Más amor urgentemente», escribió en sus redes sociales.

Diputados, senadores, políticos y periodistas opositores también repudiaron la quema de la piñata. Por otra parte, destacó un comunicado emitido por 51 periodistas mujeres.

«Es inadmisible que se promueva y tolere la violencia en contra del Poder Judicial de la Federación desde una marcha convocada por el Poder Ejecutivo y con presencia del presidente (…) los ataques que desde la tribuna presidencial han ocurrido en las últimas semanas en contra de la ministra han provocado reacciones violentas que ponen en riesgo su integridad», señalaron.

Lo ocurrido con Piña, agregaron, es especialmente grave porque tienen un componente de violencia de género. «En un país donde 11 mujeres son asesinadas al día por ser mujeres y ocurren cientos de agresiones físicas que permanecen impunes», dijeron.

A favor

Uno de los argumentos más repetidos para minimizar el impacto de las imágenes de la figura de la ministra quemada, fue que se trata de «una tradición», una forma de manifestar el repudio hacia una figura pública.

«Quemar efigies es una forma de protesta desde hace años, lo de la ministra Piña no es algo nunca antes visto», escribió una usuaria.

«En 2020 feministas quemaron piñata de AMLO, en 2018 maestros quemaron figuras de Aurelio Nuño y Elba Esther Gordillo, migrantes a Ebrard o en 2014 de Peña», recordó otro.

Algunos más insistieron en que quemar la figura de Piña solo representa un repudio al Poder Judicial y de ninguna manera es un ataque por cuestiones de género. Advirtieron, además, la doble de «los conservadores» que se escandalizan por este tipo de protestas pero nada dicen de las mujeres que son asesinadas, como el reciente caso de las seis jóvenes que fueron encontradas calcinadas en el estado de Guanajuato.

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