Si usted también nació a finales de los ochenta o principios de los noventa, compartirá conmigo la alegría de recordar las caricaturas que inundaban nuestra pantalla los fines de semana, junto con el insuperable programa Jardín Infantil. Pero, había un día al año que traía consigo un desconcierto para todos los que afanadamente nos levantábamos a las 5:30 del sábado para prender la televisión: se trataba de la Teletón.
Obviamente, en esa época el uso de internet y de televisión por cable era muy limitado, y a todos los que carecíamos de recursos no nos quedaba más que estar pendiente por radio, televisión y prensa escrita del milagro de amor.
¿Por qué traigo a colación esta situación? Es que, el primer fin de semana de marzo, se llevó a cabo la Teletón 2017 y, al ver en Facebook varios comentarios de mis amigos empecé a reflexionar sobre cómo el programa televisivo más largo del año ha ido transformándose con el paso del tiempo y el avance tecnológico.
Entre cantantes y presentadores que, insistían hasta el cansancio en que creyéramos en la veracidad del concepto Teletón y miles de comentarios en las redes sociales sobre el fraude que esto significa, los medios que dominan el espectro informativo nacional anunciaron que, una vez más, se había llegado a la meta.
Algo de lo que más llamó mi atención fue la participación del cantante mexicano Mario Bautista, quien no pudo asistir por supuestos problemas en el aeropuerto y que, sin embargo, autografió una camisa para que pudiera ser subastada en internet iniciando con la módica cantidad de $100.00, lo que causó una lluvia de reacciones por parte de los internautas.
Por este manejo de la página del Facebook y Twitter de la Teletón deberíamos reflexionar ¿acaso los que están al frente de TCS aún no han entendido que ya es muy difícil ocultar las críticas que los televidente hacen hacia sus programas? ¿No han sido capaces de saber que con las redes sociales, las personas tienen información más diversa, y mayor libertad de expresión? ¿Es tan difícil entender que la televisión juega un nuevo papel en esta sociedad donde las plataformas virtuales son capaces de desmentir las cosas más ocultas por los medios? Y es que basta con que usted ponga #TeletonSV en cualquier red social para que vea que la mayoría de discursos van contra este milagro de amor.
Pero, hay que dar el beneficio de la duda a los trabajadores de la televisión salvadoreña, pues se vuelve complejo comprender que el pueblo ya no cree ciegamente en la televisión si, la mayoría de los que critican en medios virtuales las iniciativas como la Teletón tienen sus televisores prendidos a las 6:00 pm en espera de Calle 7. Le dejo a su criterio lo que piensa de la veracidad de la Teletón, pero también le invito a que reflexionemos sobre cómo en El Salvador siguen teniendo mucho éxito las fórmulas televisivas de programas de finales de 90.
*Estudiante salvadoreño de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de México (UNAM)