No es mi intención hablar sobre muro que se pretende construir en la frontera entre Estados Unidos y México como órdenes del nuevo presidente Donald Trump. No es mi intención porque no quiero contribuir a la desesperación de los latinoamericanos que, de una u otra forma, dependen de la economía del país del norte. Esa labor de pánico la están generando ya muy bien los grandes medios internacionales como Televisa, TV Azteca y uno que otro canal salvadoreño que sigue los pasos de los dos anteriores.
Más bien la intención de este artículo es poner en tela de juicio las intenciones de estos grandes medios que, de forma irresponsable, están alarmando a la comunidad latina. No se confunda usted, pues una cosa es informar con- pretendida- imparcialidad y objetividad, pero muy distinto es lanzar información para generar cierta inconformidad social. Le dejo a usted la tarea de que descubra la verdadera pretensión de las noticias de las que hablaré a continuación.
Anoche, con su típica voz serena y ojos entrecerrados, Denise Maerker informaba en el noticiero de Televisa “10 en punto” que el tan mencionado muro iba a adelantar las fechas de construcción por órdenes del presidente de Estados Unidos. La noticia se confirmó en todo México al aparecer en las portadas de los periódicos de mayor circulación nacional. Los medios sostienen que la adjudicación de contratos para la construcción de la barrera iniciará en abril.
Hasta acá la noticia no parece tan alarmante. De hecho, algunos medios escritos tratan de dar cierto matiz a lo fatalista de la nota al contextualizar que éste no es el primer muro que se va a construir en la frontera entre México y Estados Unidos. También el periódico “El Universal” dice que el embajador mexicano en Italia afirmó que la construcción de la valla permitirá a México cortar el cordón umbilical con su país vecino.
Lo importante acá no es la noticia en sí, es la combinación de información que los medios de comunicación nos proporcionan a los ciudadanos. En “10 en punto” por ejemplo, la primera noticia siempre es referente al interés humano. Precisamente en las últimas semanas abundan las crónicas de personas que han sido deportadas y de cómo éstas tienen que regresar a México a “sufrir” las calamidades de la pobreza y falta de empleo de este país. Incluso en la semana, Denise Maerker nos ofreció una detallada información de cómo un hombre se suicidó en el puente de Tijuana después de ser deportado hacia su país de origen.
¿No le parecen alarmantes los mensajes “subliminales” que nos están mandando estos medios de comunicación? ¿o acaso soy solo yo el que tiene una gran imaginación que me hace dilucidar que, en el fondo, los que Televisa pretende decirnos es que México, como toda América Latina es una región donde ya no hay esperanza de superación para las personas? ¿En realidad la construcción del resonado muro es tan fatal como los medios, de manera sutil, nos lo hacen creer? ¿o en realidad existen dos muros: el verdadero, que Trump pretende construir y el muro infernal, pernicioso y dramático que los grandes medios nos están haciendo creer con su información?
Antes de que reflexione sobre las preguntas, solo quiero recordarle que no es la primera vez que los medios de comunicación nos lanzan información alarmista con sórdidas pretensiones, ya a inicios de año nos hicieron creer que las protestas por el gasolinazo en México llegaron a saqueos a supermercados y tiendas de conveniencias por personas humildes que sólo exigían que la gasolina no subiera tanto de precio.
En El Salvador también hemos sido víctima de la información malintencionada… recordemos el ocultamiento de información de TCS cuando capturaron a una de sus más grandes talentos, y la no menos alarmantes noticias sobre la llegada del huracán Adrián a tierras salvadoreñas allá por el año 2005.
Yo lo invito a creer en la información de los medios de comunicación, pero no a tener una fe ciega en ellos. Ninguna información es totalmente objetiva ni imparcial y le aseguro que será más gratificante si reflexionamos sobre las intenciones del comunicador detrás de las noticias que vemos. Eso podría hacernos personas más críticas y menos manipulables.
*Jeancarlos Duarte es estudiante de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de México (UNAM)