China continúa registrando un aumento exponencial de casos de COVID-19 desde principios de diciembre como resultado de la flexibilización de las restricciones que imperaron en el país en los últimos años. Los hospitales atienden cada vez más niños infectados por el virus y se han visto necesitados de poner en práctica nuevas medidas para optimizar sus recursos médicos. 

Las instituciones médicas de todos los niveles deberán implementar los denominados «carriles verdes» para casos de emergencia que involucren a menores. También se ha ampliado la capacidad de las clínicas de fiebre para hacer frente al previsto incremento de la cifra de contagios a medida que se aumentan los desplazamientos de personas antes y durante las próximas vacaciones del Año Nuevo Chino. 

En la provincia de Hunan, en el centro de China, algunos centros hospitalarios ofrecen diagnósticos en línea a los padres de niños que presentan síntomas. Los expertos exhortan a los padres con bebés menores de dos meses infectados con el virus a que busquen atención médica. 

En Shanghai, los hospitales han simplificado los procedimientos para el diagnóstico y tratamiento de pacientes adolescentes y niños. 

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