La Policía Federal de Brasil ha lanzado este jueves una gran operación en diez estados del país contra el expresidente Jair Bolsonaro y varios de sus aliados más próximos, entre ellos exministros y militares de alta patente, por su supuesta implicación en un plan golpista para mantenerle en el poder tras las elecciones de octubre de 2022.

Las fuerzas de seguridad han realizado allanamientos en las residencias de Bolsonaro y de varios de sus colaboradores, incluyendo al exministro de Defensa Walter Braga Netto, el exjefe del Gabinete de Seguridad Institucional Augusto Heleno y el exministro de Justicia Anderson Torres.

Por su parte, el juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes ha ordenado a Bolsonaro que entregue su pasaporte en un plazo de 24 horas y le ha prohibido salir del país, así como mantener contacto con el resto de los investigados.

Detenidos y prófugos

Se han dictado cuatro órdenes de prisión preventiva, entre ellas la del principal asesor de Bolsonaro, Filipe Martins. Otros tres militares también están bajo orden de arresto, pero uno de ellos se encuentra en Estados Unidos y no ha podido ser detenido.

Los investigadores creen que Bolsonaro y sus aliados urdieron un plan para difundir propaganda e información falsa antes y después de las elecciones, con el objetivo de desacreditar el sistema de votación electrónico y justificar una intervención militar que les permitiera anular los resultados y mantener a Bolsonaro en el poder.

Reacción de Lula

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha elogiado la operación policial y ha pedido respeto por la acción judicial. En una entrevista con CNN, Lula ha recordado su propio proceso por corrupción y ha expresado su esperanza de que Bolsonaro «cuente con la presunción de inocencia que yo no tuve».

Las elecciones de 2022 fueron las más tensas de la historia reciente de Brasil. Bolsonaro, que se negaba a aceptar la posibilidad de perder, sembró dudas sobre la confiabilidad de las urnas electrónicas, un sistema que se utiliza en Brasil desde hace más de 20 años sin que se haya detectado ningún fraude. Lula finalmente ganó la segunda vuelta con una diferencia de más de 2 millones de votos.

La operación de este jueves es un paso importante en la investigación del asalto al Congreso, que conmocionó a Brasil y al mundo. La justicia brasileña busca determinar si Bolsonaro y sus aliados estuvieron detrás de este ataque a la democracia y si efectivamente se planificó un golpe de Estado.