Durante la vicepresidencia de Joe Biden, padre e hijo habrían recibido 5 millones de dólares cada uno de un alto ejecutivo de la compañía de gas ucraniana Burisma, de la que Hunter formaba parte de la junta directiva.

A principios de la semana pasada, el presidente del Comité de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes de EE.UU., James Comer, declaró que el FBI está investigando al presidente Joe Biden por estar involucrado en supuestos sobornos cuando estaba en la Vicepresidencia del país, así como a su hijo, Hunter Biden.

De acuerdo con sus palabras, «los funcionarios del FBI confirmaron que el registro no clasificado generado por el FBI no ha sido refutado y actualmente se está utilizando en una investigación en curso«. Comer se refería a las acusaciones que rodean a los Biden de haber recibido 5 millones de dólares cada uno de un alto ejecutivo de la compañía de gas ucraniana Burisma, de la que Hunter formaba parte de la junta directiva. 

«Esquema criminal de sobornos»

Los detalles acerca de la participación de padre e hijo en un «esquema criminal de sobornos» empezaron a salir a la luz cuando unas personas familiarizadas con el asunto, que optaron por preservar su anonimato, revelaron el contenido de una entrevista realizada por el FBI en el 2020 a una fuente confidencial «altamente creíble», en la que se exponen los vínculos entre Joe Biden, cuando ocupaba el cargo de vicepresidente (2009–2017), y un ciudadano extranjero.

La entrevista, plasmada en el formulario FD-1023, describe múltiples reuniones y conversaciones que el informante tuvo con el ejecutivo de Burisma en el transcurso de varios años, a partir del 2015. El representante de la empresa ucraniana buscaba que la fuente confidencial lo asesore sobre cómo incursionar en el sector energético de EE.UU., y dijo que «pagó» 5 millones de dólares a cada uno de los Biden, porque el entonces fiscal general ucraniano Víktor Shokin estaba investigando a la compañía, hecho que dificultaría su ingreso al mercado estadounidense.

El alto ejecutivo aseguró haber pagado una especie de «anticipo» para que se solucione una serie de problemas, incluida la indagación. Según indicó, las transacciones se realizaron «a través de tantas cuentas bancarias diferentes» que los investigadores no podrían «desentrañar esto durante al menos 10 años». Por su parte, el propio Joe Biden presumió públicamente, en el 2018, que cuando ocupaba el cargo de vicepresidente presionó exitosamente al anterior Gobierno de Ucrania para que despidiera a Víktor Shokin.

¿Cuándo y cómo se supo sobre el FD-1023?

Inicialmente, la información sobre este caso llegó a manos del legislador Comer y el senador Chuck Grassley, ambos republicanos, en mayo. En aquel entonces, un denunciante sostuvo que el FBI y el Departamento de Justicia de EE.UU. poseen un documento que «incluye una descripción precisa de cómo se empleó el presunto esquema criminal, así como su propósito«, el cual saca a la luz el intercambio de dinero por decisiones políticas

Un tiempo después, Comer declaró que el jefe del FBI, Christopher Wray, confirmó «la existencia del formulario FD-1023, que indica que el entonces vicepresidente Biden participó en un plan de soborno criminal con un ciudadano extranjero». El Comité de Supervisión de la Cámara solicitó una copia del documento, a lo que el FBI respondió que entregarlo al Congreso conllevaría riesgos sustanciales, pero permitió que sus miembros lo vieran en persona en la sede del FBI.

En respuesta, Comer aseguró que «si el FBI no entrega el formulario FD-1023, como lo exige la citación, el Comité de Supervisión de la Cámara iniciará los procedimientos por desacato al Congreso«. Posteriormente, la agencia accedió a que los miembros del Comité vieran el documento en una sala de alta seguridad del Capitolio.

¿Recibió Joe Biden ese dinero?

Para dar más peso a las acusaciones que rodean al actual presidente estadounidense y a su hijo, Chuck Grassley reveló este lunes que el alto ejecutivo de Burisma, anteriormente mencionado, conservó 17 grabaciones de audio de sus conversaciones con ellos como una «póliza de seguro».

Grassley explicó que la semana pasada el FBI compartió los documentos con el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes del Congreso donde constaba todo y que, mediante una referencia, «el ciudadano extranjero que supuestamente sobornó a Joe y Hunter Biden supuestamente tiene grabaciones de audio de sus conversaciones con ellos. 17 grabaciones en total».

«Según el FD-1023, el extranjero posee 15 grabaciones de audio de llamadas telefónicas entre él y Hunter Biden. Según el FD-1023, el ciudadano extranjero posee dos grabaciones de audio de llamadas telefónicas entre él y el entonces vicepresidente Joe Biden«, expuso el senador. «Estas grabaciones supuestamente se mantuvieron como una especie de póliza de seguro por parte del ciudadano extranjero en caso de que se encontrara en un aprieto. El FD-1023 también indica que el entonces vicepresidente Joe Biden pudo haber estado involucrado en Burisma empleando a Hunter Biden», manifestó. 

Sin embargo, el senador republicano por Wisconsin, Ron Johnson, puso en duda la veracidad de la información que aparece en las grabaciones. «Eso es lo que dice esta persona. Pero de nuevo, tómelo con pinzas. Esto podría provenir de un oligarca muy corrupto. Podría estar inventando cosas«, indicó. «Realmente no sabemos si las cintas existen, realmente no sabemos eso», reiteró Johnson. 

Por otra parte, ciertos informes defienden la teoría de que, en realidad, Hunter Biden podría no haber compartido el dinero con su padre, sino que simplemente podría haber utilizado su nombre para parecer más influyente para la empresa ucraniana. En este caso, el ejecutivo de Burisma tan solo habría creído que estaba sobornando al vicepresidente, pero a la hora de la verdad podría haber pagado solo a Hunter. De hecho, reconoció que no le pagó directamente a Joe Biden y, por lo tanto, no tendría forma de saber si él recibió ese dinero.

A pesar de lo incierto del caso, cabe mencionar que anteriormente se había identificado una discrepancia de precisamente 5,2 millones de dólares entre las declaraciones de impuestos y las divulgaciones financieras públicas del exvicepresidente de EE.UU.

¿Y ahora qué?

Las recientes revelaciones sobre los esfuerzos de Biden, en calidad de vicepresidente, para conseguir el cese de un fiscal ucraniano y detener una investigación por corrupción sobre Burisma, impulsaron a Grassley a instar al Departamento de Justicia a publicar una copia completa y sin «retoques innecesarios» del formulario FD-1023. 

Según sus palabras, «el Congreso todavía carece de un panorama completo respecto a lo que realmente dice ese documento. Por eso es importante que el documento se haga público sin retoques innecesarios (censura) para que lo vea el pueblo estadounidense».

A su vez, Comer prometió obtener acceso a documentos adicionales del FBI relacionados con el asunto. El jefe del FBI ya acordó permitir que tanto él, como el principal miembro demócrata del Comité de Supervisión, Jamie Raskin, los vean en privado. Además, el legislador citó a un socio de la familia Biden para que testificara sobre su conocimiento de los negocios de la familia en el extranjero. En paralelo, Comer también prometió que el Comité creará una nueva legislación que obligaría a los familiares de los altos funcionarios electos a divulgar más información sobre transacciones extranjeras.

Cabe mencionar que desde la Casa Blanca han rechazado las acusaciones sobre el pago de los 5 millones de dólares al actual mandatario cuando era vicepresidente, tachándolas como «un montón de tonterías«. Además, sostienen que el presidente nunca se ha involucrado en los negocios de su hijo, quien actualmente se encuentra bajo investigaciones federales por sus «asuntos fiscales».

Biden, a su vez, pareció reírse de una pregunta de un reportero este martes sobre las grabaciones de audio de sus conversaciones con un ejecutivo de Burisma.

«¿Hay cintas de que usted aceptó sobornos, presidente Biden? ¿Es eso cierto?», preguntó el reportero de New York Post, Steven Nelson, al inquilino de la Casa Blanca.

En este momento, Biden, mientras avanzaba por un pasillo de la Casa Blanca, se detuvo abruptamente antes de darse la vuelta para mirar al reportero. Estaba visiblemente sonriendo y riendo para sí mismo, pero permaneció en silencio. Luego sacudió la cabeza, se dio la vuelta y continuó por el pasillo.

Durante meses, el Comité de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes de EE.UU. ha investigado los tratos comerciales de la familia Biden. A inicios de mayo, la Comisión afirmó haber descubierto indicios de tráfico de influencias por parte de la familia del actual mandatario. En aquel entonces, el Comité, de mayoría republicana, concluyó que registros bancarios mostraron que «la familia de Biden, sus asociados y sus empresas recibieron más de 10 millones de dólares de ciudadanos extranjeros y sus compañías«.

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