Un ranking de 2016, de la compañía Quacquarelli Symond, posicionó a la Universidad de El Salvador (UES) como la mejor de las 24 existentes en el país, pero la ubicó en el puesto 201 de las 394 evaluadas de Latinoamérica.
El estudio se basó en siete indicadores que miden la reputación académica, la reputación con empleadores, proporción por facultad y estudiantes, citas por artículos, investigaciones por facultad, personal docente con doctorado e impacto en Internet.
La UES es el centro de estudios superiores con más población estudiantil, planta docente y carreras en El Salvador, según datos del Ministerio de Educación. La información oficial indica que para el año 2015, esta institución pública tenía en total 46,337 alumnos, 1,995 catedráticos y 82 carreras.
Desde hace varios años, las quejas de las organizaciones estudiantiles y las autoridades de la UES se han centrado en el bajo presupuesto que se le asigna a esta institución pública en comparación con el resto de la región.
Costa Rica asigna el 5.9 % de su presupuesto general de la nación a la universidad pública, Guatemala el 5.8 %, Nicaragua 5.7 %, Honduras el 5 % y la UES recibió, en el 2016, el 1.5 %.
Para el presupuesto de este año, la Universidad de El Salvador recibirá un monto histórico del 2% ($98,452,475) del Presupuesto General de la Nación, pero seguirá siendo el más bajo del resto de países de Centro América.
Los resultados de la Información Estadística de Instituciones de Educación Superior de 2015 revelan que para ese año se graduaron 22, 994 profesionales, de los cuales 4, 051 pertenecían a la Universidad de El Salvador. Esto significa que el 17.6% de los que se graduaron en El Salvador lo hicieron de esta institución pública.
Pese a que el presupuesto es bajo, la UES invierte más de la mitad de este en pagar sueldos al sector docente y más del 15% para la planilla del sector administrativo. El resto en proporciones mucho menores lo destina a la investigación científica, proyección social, infraestructura, compra de libros y equipo académico.
Sin embargo, la inversión de las instituciones a nivel nacional en pago a docentes registró un promedio de 47.56%, cifra similar a la destinada por la UES.
Docencia como índice de calidad educativa
La calidad educativa es un término que implica diferentes aspectos como los recursos que se destinan para esta como la infraestructura, la currícula, el aprendizaje de los estudiantes y los docentes.
Según Amílcar Osorio, gerente del área de Formación Docente de la Dirección Nacional de Educación Superior, se habla de educación de calidad cuando se cumplen los requisitos de  eficacia, eficiencia, pertinencia, equidad y funcionalidad. Es decir, que lo que las personas aprendan les sirva para la vida y para resolver los problemas de la vida cotidiana, sirviéndose a ellos mismo y a la comunidad.
La Dirección Nacional de  Educación también  plantea que las condiciones que favorecen la calidad de la enseñanza están directamente relacionadas con la preparación de la planta docente. Es decir, que entre mayor es la cantidad de docentes con estudios posteriores al grado universitario, la calidad de la enseñanza será mejor, pero este último indicador no es por sí mismo el único que define una educación superior de calidad.
Pero para esta investigación, se profundizará en esta área para dar un panorama de cómo se encuentra la planta docente escalafonada de la UES, la única universidad pública del país. En específico, se presentarán los datos de los años 2015-2016 de las cinco facultades con más población estudiantil de la sede central de la UES, en San Salvador.
Según los datos proporcionados por la Oficina de Acceso a la Información de esta institución, la Facultad de Ciencias Económicas y la Facultad de Ciencias y Humanidades son las dos dependencias que más población estudiantil han tenido en los dos años anteriores; seguida por la Facultad de Medicina; la Facultad de Ingeniería y Arquitectura; y la Facultad Jurisprudencia y Ciencias Sociales.

Alumnos por facultad UES
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Docentes del sistema de educación superior
Para ser docente en países como Colombia, Ecuador y Brasil se debe contar como mínimo con una maestría. En el 2014, la Superintendencia Nacional de Educación (Sunedu) de Perú instauró una nueva Ley Universitaria en la que se establece que ninguna universidad pública o privada puede contratar a un docente sin título de maestría para la enseñanza de pregrado y al menos  el 30% de sus docentes deben tener el grado de doctor.
El Sunedu tomó en cuenta la proliferación de las universidades y el crecimiento del subempleo en los universitarios, lo que según la entidad, hace necesaria  mejorar la calidad.
Otras opiniones plantearon la reforma como un incremento artificial de la calidad y que este reducía la competencia y podría encarecer los precios, disminuyendo el acceso a los estudiantes.
En El Salvador, la Ley de Educación  Superior (LES) en su artículo 38  estipula que los docentes deben poseer como mínimo el grado académico que se ofrece y el conocimiento específico de la materia que impartan. Es decir, si un docente enseña a nivel de grado, debe tener título de grado, si enseña en maestrías, debe tener una maestría.
Sobre esto, Amilcar Osorio, gerente del Área de Formación Docente de la Dirección Nacional de Educación Superior, acota que la aspiración del país está encaminada a que los docentes de nivel superior tengan  un título arriba del grado que imparten,  ya que es necesario que el académico tenga más competencias que le amplíen la visión del ámbito educativo en el que brinda sus servicios, pero esto debe ser incorporado en la LES.
Los datos del MINED muestran que para 2015, en todo el país había 9,906 personas ejerciendo la docencia a nivel superior. De estos, el 59% poseían el grado de licenciatura, ingeniería y arquitectura.  Por otra parte, un 25% ya registraba un nivel de maestría y solo un 2.1% un doctorado.
Pero para estudiar un postgrado en El Salvador, una maestría en la UES podría costar en promedio unos $2,500, en la UCA $4,500sin incluir gastos de graduacióny en ISEADE-FEPADE $8,970.  Un doctorado podría costar en promedio en el sector privado unos $7,000.
Se debe tomar en cuenta que existe una mayor oferta de maestrías, un poco más de 130, que los doctorados que se ofrecen en el país, cuatro en total autorizados por el Ministerio de Educación.
No obstante, un título de maestría y doctorado no hace por sí mismo a un buen docente, sino también su  metodología y experiencia, dice el catedrático de la UES, Antonio Martínez Uribe, quien  sostiene que para tener el estatus de docente universitario es necesario contar con experiencia en áreas como la investigación, ejercicio en la docencia, conferencias y desempeño profesional fuera del salón de clases.

Sistema de escalafón de la UES
El artículo 52 de la Ley Orgánica de la Universidad de El Salvador estipula que la institución cuenta con un sistema de escalafón para su personal académico y también para su personal administrativo no docente.
El Reglamento General del Escalafón establece  la clasificación de los cargos y los pautas a utilizarse para la contratación y ascenso en la carrera de este personal, así como sus deberes y derechos.  El escalafón se aplica a los docentes que se encuentren trabajando a tiempo integral, tiempo completo, y tiempo parcial (que supone un tiempo menor a lo establecido para tiempo completo) por medio del nombramiento en la Ley de Salarios, contratos permanentes  y jornales.
No aplica para docentes que se encuentran trabajando por interinato, hora clase, consultoría, etc. Rector, vicerrectores, decanos, vicedecanos directores y secretarios de escuelas tampoco están comprendidos en el sistema de escalafón.
El escalafón comprende cuatro categorías que tienen un orden jerárquico entre profesores universitarios: PU I, PU II, PUII y PU IV. En donde el docente PU I es el recién ingresado a la institución y PU IV, en teoría, es la clasificación del maestro mejor calificado por su preparación y experiencia. Sin embargo, hasta el ciclo II del año pasado no había ningún docente en la categoría PU IV.
El PUI ingresa a la carrera docente ganando un concurso de oposición, el cual consiste en una convocatoria pública, recepción, revisión y evaluación de documentos por un tribunal de evaluación compuesto por personal de la escuela o departamento en búsqueda de la plaza ninguno deberá ser familiar del candidato/a. Se evalúa su hoja de vida, estudios, experiencia laboral y profesional, entre otros.
Para ir ascendiendo en el escalafón se tienen que cumplir con siete requisitos establecidos en el reglamento: labor académica, tiempo de servicio, capacitación didáctica-pedagógica, proyección social, especialización, investigación y publicación; y seguimiento Curricular.  Cada requisito tiene un puntaje diferente que debe cumplirse para ser promovido.
1. Labor académica: Es el que más puntos requiere y mide el desempeño del docente mediante una evaluación académica anual. La calificación mínima que se debe obtener es siete. El puntaje se consigue multiplicando la nota del docente obtenida cada año  por 0.50.
La evaluación es la suma de tres diferentes evaluaciones: la del director de escuela o Jefe del departamento, la autoevaluación y la de los estudiantes. Cada una tiene un porcentaje de 33.3%
Es decir, un catedrático PU I tendría que obtener al menos una nota de 7 en sus   evaluaciones por 3 años.  7 x 0.50 = 3.5 x 3 = 10.5  Obtendría 10.5 puntos que le permitirían pasar al PU II  y este puntaje es acumulativo.
Para pasar al PU III necesitaría otros tres años con una nota mínima de 7, y otros tres más para obtener el PUIV, aparte claro de cumplir los otros 6 requisitos.
2. Tiempo de servicio: Básicamente es el periodo que lleva un docente trabajando en la UES desde que  inició como PU I. Cada año equivale a dos puntos, esto es proporcional  si el docente tiene tiempo parcial. Pero este requisito por sí solo no significa que el  docente será promovido a la siguiente categoría.
Si un catedrático se encuentra en la categoría PU I a tiempo completo, en dos años tendrá los puntos necesarios que requiere el PUII para este requisito, pero debe esperar a completar los otros aspectos.
3.Capacitación didáctico-pedagógica: Los catedráticos deben aprobar cursos de formación docente o investigación impartidos por la UES u otras instituciones. Un curso de 40 horas significa un punto. Se asigna medio punto más por cada 20 horas adicionales.  Si obtiene la maestría o diplomado en docencia universitaria son ocho puntos. Un docente en categoría PU I necesita 160 horas de capacitación para pasar al PU II.
4. Proyección social:  Es la participación adicional del docente en actividades de la UES o de su facultad. El docente no recibirá pago por estas actividades. El puntaje se determina según el tipo de actividad.
5. Especialización: Esta categoría otorga punto por la obtención de grado académico u otro tipo de educación no formal pero relacionada con el área profesional del docente. Un doctorado otorga 12 puntos, maestría diez puntos, curso de 181-240 horas dos puntos  y cursos de menor cantidad de horas desde 0.5  hasta 1.5 puntos
Los números indican que no es necesaria una maestría para ser PU III, el docente puede alcanzar esta categoría mediante la realización de cursos.
6. Investigación y publicaciones: Son las investigaciones y publicaciones que el docente difunda en medios reconocidos a nivel nacional e internacional. Cada facultad asigna el puntaje que considera pertinente.
7. Seguimiento curricular:  Abarca diferentes actividades como el dominio de otro idioma, un punto; con ponencias nacionales o internacionales puede obtener de uno hasta tres puntos; asistencia a eventos académicos con carácter institucional puede representar de 0.5 hasta un máximo de dos; menciones y distinciones honoríficas de 0.5 hasta un punto; otro grado académico adicional al de la especialización, tres puntos.

Según el rector de la UES, Roger Arias, aunque el reglamento establece la categoría PU IV, esta no se encuentra habilitada debido a que los docentes con postgrado de doctorado son pocos.
El decano de la Facultad de Ciencias y Humanidades, Vicente Cuchillas, dice que la razón obedece a que todavía el Consejo Superior Universitario no ha dado lineamientos para gestionar plazas en esa categoría, a pesar de que las facultades no pueden otorgarlas  aunque estén interesadas en tenerlas. Afirma que en la dependencia que él dirige hay ocho docentes con postgrado de doctorado que tienen todos los requisitos para escalar a la categoría PU IV.
A nivel general, los datos  de estas facultades mostraron que  más del 60% de los docentes escalafonados pertenecen a la categoría PU III. La Facultad de Medicina es la que posee  la mayor cantidad de docentes en todos los escalafones.
Existe poca oportunidad para un docente de acceder al escalafón. Para 2016, la única facultad que tuvo ingreso en PU I fue la de Ingeniería y Arquitectura que pasó de 36 docentes en 2015 a 38 para 2016. Pero a la vez también registró dos docentes menos en PU II  y uno menos en PU III.
Las facultades que presentan más del doble de la cantidad de docentes en PU I en relación a las demás son las de  Medicina e Ingeniería y Arquitectura . Esta última facultad es la única que presenta casi la misma cantidad de docentes en las categorías de PU I y PU II. Tanto en Medicina como en Ingeniería y Arquitectura el escalafón es estable, es decir, no hay variaciones significativas en la cantidad de docentes por categoría. Solamente de dos a tres docentes ascendieron de PUII  a PU III en estas facultades entre 2015-2016. De hecho, la Facultad de Ciencias y Humanidades, así como la Medicina no registraron ningún movimiento en  ninguna categoría de Escalafón en esos dos años.
Este factor, según el decano de la Facultad de Ciencias Económicas, Nixon Hernández, se debe a la falta de presupuesto que le asigna en general el Estado a la UES. Manifiesta  que se necesitan más plazas, ya que para liberar espacios en PU I, estos deben pasar a PU II  y estos a su vez a PU III.
Es decir, que abrir más plazas en PU I debe implicar también el aumento de las plazas en todas categorías para dar paso al concurso de oposición  y contratar nuevos docentes en PUI.
Respecto a esto, Cuchillas coincide con el tema de las plazas porque  sino hay plazas disponibles no se puede incluir a los docentes que están en hora clase al escalafón ni  subirlos de categoría a los que ya tienen plaza. Según el decano,  para 2015 y 2016 no se realizó evaluación para promoción de categoría precisamente porque no existían plazas disponibles.
Por otra parte, un docente de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura, quien prefiere opinar desde el anonimato, dice que esto no es un problema de presupuesto, sino que considera que el factor principal es que muchos docentes que ya están pensionados, continúan dando clases en la Universidad de El Salvador.
El profesional agrega que el escalafón en esta facultad se ha mantenido sin modificación alguna a excepción de cambios por docentes que se han retirado o han fallecido. Él por ejemplo, dice que reúne incluso más de los puntos requeridos para ser un PU IV pero ni siquiera ha sido promovido a PU III. Para este docente, los que están en PU III no tienen incentivo para que continúen formándose académicamente..    
“La Facultad de Ingeniería y Arquitectura tiene 190 profesores, de los cuales casi 110 son PU III, de los cuales arriba de 70 están pensionados y están recontratados con un contrato de $2,000. Y suma la pensión, los ingresos son brutales. Si están pensionados, ¿qué incentivos tienen para superarse? Ya ninguno”, expresa este catedrático..                 
Esta misma percepción es compartida por Ana Beatriz Ramos, egresada de Relaciones Internacionales e integrante de la organización estudiantil Enlace de Círculos Juveniles 30/75. Dice que el movimiento del escalafón es una combinación de burocracia, falta de voluntad y bajo presupuesto.  
Según Ramos, en varios casos, docentes en PU III tienen una carga de clases menor, recayendo el trabajo en docentes contratados bajo otras modalidades.

A pesar de ello, Ramos no está de acuerdo en que el PU IV se habilite porque considera que no se cumple con la excelencia académica que requeriría llegar a esta categoría, porque asegura que no todos los docentes cumplen con el requisito de la maestría.
El Dr. en Ciencias Políticas y docente de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales, Antonio Martínez Uribe, quien se encuentra en categoría PU III,  señala que existen docentes que afirman tender grados académicos de maestrías y doctorados pero no pueden comprobar su titulación.
Para el estudiante Lenin Valle, de la organización Convergencia UES, acceder y avanzar en el escalafón queda más a la discrecionalidad de las juntas directivas de cada facultad, que cumplir con los requisitos establecidos en el reglamento en donde es  un factor clave que los docentes tengan  buenas relaciones con el decano y otros funcionarios universitarios para poder ascender en el escalafón.
¿Cuánto gana un docente con escalafón?
Tener escalafón no solamente asegura estabilidad laboral, sino un buen ingreso económico desde el inicio de la carrera docente, hablando de tiempos completos un PU I gana $1,300 y si escala en los puntajes, según la tabla detallada anteriormente, como PU II llegará a ganar $1,600 dólares.
Como se apreció en el gráfico anterior, la mayor parte de escalafonados pertenecen a la categoría PU III y estos  obtienen un salario de $2,000. Es decir, casi siete veces el actual sueldo mínimo. Se aclara que no todos los escalafonados están a tiempo completo por  lo que el salario es proporcional.
El salario más alto de $2,400 es evidentemente para la categoría más alta, el PU IV, pero como se detalló anteriormente, no está habilitada. Sin embargo, la diferencia entre PU III y PU IV respecto al salario es poca, teniendo en cuenta que PU IV debería cumplir requisitos mucho mayores.
Por otra parte, es evidente la diferencia con un docente hora clase es significativa, por ejemplo, en en la Facultad de Ciencias y Humanidades este  gana $6.16 por hora clase.  

“No hemos trabajado en un relevo generacional”        
Cuando se le pregunta al rector de la UES, Roger Arias, sobre cada cuánto renuevan la planta docente responde que “este es uno de los problema a los que nos enfrentamos, que no hemos trabajado en el relevo generacional. Lamentablemente la UES desechó un programa de hace ratos, un programa en el cual incursionamos la mayoría de profesores que tenemos más de 25-30 de laborar en la institución(…) Yo ingresé como instructor, había plazas remuneradas de instructores en donde había un proceso de formación  a través de los mejores docentes, se lo asignaban al mejor docente y uno iba aprendiendo del mejor docente en un área específica”.
Según Arias, la planta docente ya envejeció y se está empezando a retirar por lo que un relevo generacional es necesario. El rector  dijo que entre sus proyecciones está recuperar un programa de formación de instructores encaminado a formar una nueva generación de docentes.
Para el decano de Humanidades, Vicente Cuchillas, el problema del  relevo generacional es la falta de plazas debido a que la demanda de la facultad es alta, pero el personal es insuficiente, además no todo el personal trabaja bajo la modalidad de tiempo completo. Lo ideal para él sería tener solamente personal de planta para que aparte de la docencia también puedan dedicarse a la investigación y a programas de proyección social.
Respecto  a las capacitaciones, el rector añade que hasta este año, la UES recibirá 900 mil dólares para el fortalecimiento de la planta académica, que resultan insuficientes para los más de 1,600 docentes.
Sobre la formación académica, Cuchillas dice que anteriormente no existía una política que ayudará en la formación de los docentes, sino que era costeada por los mismos catedráticos. Sin embargo, expresa que ahora están buscando financiar a los académicos con el 50% de los costos de la carreras en maestrías y doctorados dentro de la UES, independientemente de las figuras de contratación.
Con recursos propios, esta institución asigna un fondo “pequeño” a cada facultad denominado “Estímulo de excelencia académica” dirigido a la actualización, capacitación y formación docente en áreas de maestrías y acceso a doctorados. Sin embargo, el monto ronda los $10,000, el cual solo alcanza para financiar la formación de uno a dos docentes, según dice Arias.
Por otra parte, el rector añade que las oportunidades de becas en el extranjero para los docentes se pierden porque estos docentes no cumplen los requisitos de edad o no poseen el dominio del idioma.
Sobre esto, Lenin Valle, estudiante de la organización Convergencia UES, opina que hay oportunidades de becas en el extranjero  y  nacionales para la formación de los profesores,  pero que no existe una presión desde la administración hacia los mismos para que las tomen. Considera que el problema radica en el interés del docente en quererse seguir formando, porque en muchas ocasiones quienes aprovechan más están en la Facultad de Ciencias y Humanidades porque la mayoría domina un segundo idioma, uno de los requisitos principales par estudiar en el extranjero.
Por su parte, el decano de Economía, Nixon Hernández, expresa que las facultades reciben fondos provenientes de las escolaridades de los estudiantes  para poder financiar capacitaciones a los docentes.
Lenín Valle dijo que su organización se encuentra formulando un programa llamado Centro de Opinión Pública, que aún no cuenta con financiamiento, pero que pretende formar a los estudiantes para dedicarse a la investigación. Además, expresa la necesidad de que se retome  el programa de instructorías.
Más hombres que mujeres en la docencia universitaria
Las clases que reciben los alumnos de educación superior a nivel nacional son impartidas mayoritariamente por hombres, haciéndose más  visible en ingeniería; esto a pesar de que hay más mujeres graduándose con títulos universitarios.
Según los datos del Ministerio de Educación, desde 2011 hasta 2015, se han graduado 108,650 personas de las 24 universidades del país. De este número, 72,236 son mujeres.
Solamente hay más mujeres tecnólogas dando clases que hombres. Para darnos una idea del porqué, solo en 2015, de los  266 graduados con grado de tecnólogo en enfermería , 231 eran mujeresY esta ha sido la tendencia desde 2011.
El  hecho  de que la mayoría de docentes sean hombres,  también repercute en los nombramientos de altos cargos, en donde una mayoría masculina vota por otro hombre. Solo se necesita una rápida mirada a cuántas decanas y rectoras dirigen las facultades y universidades del país. Haga el ejercicio: Busque en Google “rector “ y coloque las iniciales o nombre completo de la universidad del país que se venga a la mente y la mayoría será hombre.

El Dr. Osorio agrega que esto se debe a los patrones culturales existentes en el país, y que es necesario romper esas estructuras mentales si se quiere apostar a la equidad, componente sin el cual no se puede hablar de calidad educativa.
Las oportunidades deben existir para ambos géneros y se requiere equidad en el proceso y se responderá paulatinamente en diferentes carreras donde la gente piensa que solo es para los hombres”, señala el gerente del Área de Formación Docente del MINED.
Para Roselia Núñez, del Centro de Estudios de Género de la UES, es importante a tomar en cuenta la diferencia de roles que la sociedad impone a las niñas, desde donde se les forma idea de las carreras diferenciadas por género. Para esta funcionari, las mujeres se orientan a ciertas carreras como la enfermería, secretariado, medicina, entre otras,  porque se les infunde la idea que están hechas para servir y cuidar de otras personas. Mientras que los hombres las carreras como ingeniería porque se les enseña desde pequeños que son los analistas y constructores.
Los últimos datos obtenidos sobre género de la Universidad de El Salvador datan del año 2010. De 2,451 personas que se dedicaban a la investigación y docencia, solo un 35 % eran mujeres.
“Las mujeres nos enfrentamos a las barreras invisibles del patriarcado como la discriminación laboral por género que impiden el acceso a los diferentes espacios como la docencia universitaria, un espacio masculinizado, contrario a la docencia de Educación inicial y volvemos al tema de que se ha naturalizado la idea de que las mujeres están para cuidar a las y los niños, pero no para educar a nivel superior”, resalta Roselia Núñez.
Para Núñez, es preocupante que se continúe con esta práctica porque no se está cumpliendo con normativas a favor de las mujeres como  la Ley de Igualdad, Equidad y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres (LEIV), la Ley de igualdad, Equidad y erradicación de la Discriminaciòn contra las Mujeres, reformas al Código Penal y de Trabajo para evitar cualquier discriminación contra las mujeres en el campo laboral.
Es con este objetivo que, según Osorio, la Dirección Nacional de Educación Superior solicita a las instituciones de educación superior los datos desagregados por género de manera que estos permitan generar las estrategias en temas de equidad.

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