Moscú responde con amenazas

El canciller ucraniano, Dmitri Kuleba, ha planteado este martes cinco exigencias a los países occidentales para apoyar la defensa de Ucrania en el conflicto con Rusia.

Entre estas exigencias, Kuleba ha pedido que Occidente acelere la entrega de sistemas antiaéreos adicionales y municiones a Ucrania, proporcione a Kiev drones de combate de todo tipo; suministre misiles de largo alcance, superior a 300 kilómetros; apruebe el uso de activos rusos congelados para ayudar a Ucrania; y el aislamiento de los diplomáticos rusos en las pertinentes capitales y organizaciones internacionales.

La portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, ha respondido a estas exigencias con amenazas. Zajárova ha afirmado que Occidente no podrá aislar a los diplomáticos rusos y que el mundo está cansado de las sanciones ilegales impuestas a Rusia.

«Recuerda: nadie aislará a los diplomáticos rusos», escribió Zajárova en su canal de Telegram al dirigirse al canciller ucraniano. Asimismo, señaló que Rusia acaba de asumir la presidencia del BRICS, agrupación política y económica que este año incorporó a cinco nuevos Estados, y que Moscú tiene «grandes, grandiosos planes para la presidencia».

«El mundo está cansado de la opresión de las sanciones ilegales y de las mezquinas ambiciones de un reducido grupo de regímenes occidentales», añadió.

Zajárova subrayó que Moscú defenderá en organizaciones internacionales no solo su propia posición, sino que también luchará por «preservar la letra y el espíritu de esas estructuras, hoy sometidas al bárbaro ataque de las dictaduras liberales occidentales».

Además de la actividad en el formato internacional en el extranjero, sostuvo, Rusia también celebrará grandes eventos en su territorio. Uno de ellos es el Festival Mundial de la Juventud, programado del 1 al 7 de marzo.

Asimismo, indicó que su país desarrollará relaciones bilaterales «con todos aquellos que respeten los principios jurídicos internacionales y estén dispuestos a una cooperación igualitaria y mutuamente beneficiosa».

Las exigencias de Kuleba y la respuesta de Zajárova ponen de manifiesto la profunda división entre Rusia y Occidente en torno al conflicto en Ucrania.