La caída ocurre tras la decisión de Pekín de suspender las importaciones de productos marinos procedentes de Japón.
Las importaciones chinas de mariscos procedentes de Japón se han reducido drásticamente después de las prohibiciones impuestas por Pekín en respuesta al vertido de aguas residuales de la central nuclear de Fukushima al océano, informó este lunes la cadena japonesa NHK, citando datos oficiales de la Aduana de China.
Según las cifras, las importaciones de mariscos procedentes de la nación insular cayeron un 67 % en agosto respecto al mismo mes del año anterior, lo que representa cerca de 20,2 millones de dólares. Aunque las sanciones entraron en vigor solo a finales del mes pasado, las últimas cifras indican el efecto que ya tiene en la economía japonesa, pues las empresas pesqueras han visto cómo los mariscos se acumulan en las plantas de procesamiento, donde el 64 % de las exportaciones de estos productos se dirigían a China.
El pasado 24 de agosto, el operador de la central de Fukushima, Tokyo Electric Power (TEPCO), comenzó a bombear más de un millón de toneladas de agua al mar, suscitando fuertes críticas por parte de Pekín que calificó la medida como «extremadamente egoísta e irresponsable».
La decisión de China de suspender todas las importaciones de productos marinos japoneses a finales de agosto, argumentando que el vertido supone un riesgo de contaminación radioactiva, ha desatado una disputa diplomática y un aumento de las tensiones entre ambos países.
TEPCO y funcionarios japoneses aseguran que el vertido —un proceso que durará al menos 30 años— no afectará el medio marino ni la salud humana, ya que el agua es tratada para eliminar la mayoría de las sustancias radioactivas, excepto la totalidad del tritio. Sin embargo, el organismo de control nuclear de la ONU, Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), afirma que el tritio se encuentra muy diluido y sus niveles están dentro de los límites de seguridad.