El gobierno israelí denunció este martes que el grupo terrorista Hamás cometió una masacre en un asentamiento israelí situado cerca de la Franja de Gaza.
Según el relato de una reportera del medio hebreo ‘i24News’, que visitó la zona, las tropas israelíes encontraron los cuerpos de al menos 40 bebés muertos en el asentamiento de Kfar Aza. Algunos de los bebés estaban decapitados, según la reportera.
El ejército israelí no ha confirmado la decapitación de los bebés, pero sí ha confirmado el asesinato de 40 menores.
«Ves a los bebés, a las madres, a los padres, en sus dormitorios, en salas donde trataron de ponerse a resguardo y cómo los terroristas los mataron», dijo el general israelí Itai Veruv. «No es una guerra, no es un campo de batalla. Es una masacre, es una actividad terrorista».
La denuncia de Israel ha sido condenada por la comunidad internacional. El secretario general de la ONU, António Guterres, calificó la supuesta masacre de «atrocidad».
Las tensiones entre Israel y Hamás se han intensificado en los últimos días, tras una serie de ataques con misiles desde la Franja de Gaza. Israel ha respondido con ataques aéreos contra Gaza, que han dejado al menos 1600 muertos, la mayoría civiles.
En el cuarto día de guerra de Israel sigue evidenciando la violenta realidad del Gobierno mientras los civiles de ambos lados mueren. La cifra de fallecidos supera los 900 tanto en Palestina como en Israel. El ejército de Netanyahu no ha cesado en sus bombardeos a la Franja de Gaza, mientras Hamás ha respondido con un ataque sobre la ciudad costera de Ascalón.
Por otro lado, Josep Borrell ha acusado a Israel de violar el derecho internacional por su bloqueo de electricidad, agua y alimentos a Gaza, donde hay una de las mayores densidades de población del mundo.
Por su parte, Estados Unidos ha mostrado una vez más su apoyo total a Israel. Hasta tal punto, que ha prometido que les enviará armas: «Nos aseguraremos de que Israel tenga lo que necesita para responder al ataque», ha declarado Joe Biden.