El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, prometió este jueves que construirá dos cárceles de máxima seguridad, como las que ha levantado el Gobierno de Nayib Bukele en el Salvador, en un plazo máximo de 200 días.

La medida es parte de la nueva política de seguridad del Gobierno con la que se pretende poner fin a la ola de violencia que azota al país.

«Debemos tener cárceles de máxima y súper máxima seguridad. Ya hemos conversado y finalizado las negociaciones con grupos internacionales que hicieron las cárceles en El Salvador, que hicieron las cárceles también en México y, con eso, en enero vamos a poner la primera piedra», refirió el mandatario en un video difundido este viernes.

Del mismo modo, Noboa informó que, en virtud de los acuerdos de cooperación suscritos con países como EE.UU., en el transcurso del primer trimestre de 2024, Ecuador recibirá «armamento de última generación» valorado en 200 millones de dólares a cambio de chatarra.

En su decir, el plan Fénix requirió cambios «en las personas» que se encargarán de ejecutarlo, razón por la cual fueron removidos de sus cargos todos los altos mandos del comando conjunto de las Fuerzas Armadas como «cinco de ocho generales de la Policía» Nacional.

Además, recargó parte de la responsabilidad en la crisis de seguridad en los migrantes y se comprometió a expulsar «inmediatamente» a los condenados a más de cinco años de cárcel.

«Hay gente que ha venido a este país a cometer crímenes, a crear el desorden. Tenemos a más de 3.000 presos extranjeros, de los cuales más de 1.000 tienen una sentencia ejecutoriada de más de cinco años de prisión. Esos califican para ser expulsados del país inmediatamente», dijo al respecto.

«Ante la delincuencia, ante las mafias, actuamos por la seguridad del país […] Nosotros actuamos, nosotros ejecutamos: en enero vamos a tener un momento clave para el país, en el cual se verá una reforma importante carcelaria», afirmó Noboa.

La medida ha sido recibida con escepticismo por parte de algunos sectores de la sociedad, que consideran que no será suficiente para frenar la violencia. Otros, sin embargo, la ven como un paso necesario para mejorar la seguridad del país.