La dramática situación del aborto en Polonia se ha vuelto aún más grave con la condena de Justyna Wydrynska, una activista que ayudó a una mujer a abortar. Wydrynska ha sido sentenciada a ocho meses de trabajos comunitarios, lo que la convierte en una de las muchas mujeres que han sido criminalizadas por ayudar a otras a acceder a un aborto.

Polonia tiene una de las leyes contra el aborto más restrictivas de toda Europa. Solo es legal en caso de incesto, violación o cuando hay un riesgo para la salud de la madre. En el resto de casos, tanto el aborto como la ayuda a abortar son ilegales.

En el caso de Wydrynska, ayudó a una mujer víctima de violencia machista a abortar. La mujer estaba embarazada de seis semanas y no podía salir del país para abortar en otro lugar. Su marido la estaba chantajeando con denunciarla por secuestro si se iba.

«Si no la ayudábamos, nos dijo que iba a acabar con su vida», explica Wydrynska.

La mujer acudió a una red de apoyo para mujeres que quieren abortar, donde Wydrynska le proporcionó pastillas abortivas. La Policía llegó a Wydrynska a través de su número de teléfono.

«En Polonia es bastante frecuente que se condene a familiares y amigos de mujeres que quieren abortar», dice Wydrynska. «Hay situaciones en las que se condena a las madres que ayudan a abortar a sus hijas».

La condena de Wydrynska ha generado un gran rechazo en Polonia y en otros países de la Unión Europea. Las organizaciones de derechos humanos han pedido al nuevo gobierno polaco que descriminalice la ayuda al aborto.

«La ayuda al aborto no debería criminalizarse», dice Wydrynska. «Quiero que nadie tenga que pasar por esto».

La activista confía en que el nuevo gobierno polaco, formado por una coalición de partidos que son contrarios a la legalización del aborto, pueda descriminalizar la ayuda al aborto. También espera que los médicos tengan menos miedo a practicar abortos legales, lo que podría evitar que mueran mujeres embarazadas.

En el caso de Wydrynska, cumplirá su condena haciendo trabajos para la comunidad. «No hay nada malo en hacer trabajos para la comunidad», dice. «Lo haré haciendo visible que quiero apoyar a las personas que quieren abortar».