El número de muertos por el terremoto que sacudió Marruecos el pasado viernes ha aumentado a 2.700, según el último balance oficial. La cifra sigue creciendo, ya que las labores de rescate se centran ahora en tratar de encontrar sobrevivientes.

Una de las aldeas más castigadas por el sismo es Anerni, situada a casi dos horas de Marrakech. Allí, un cuarto de la población ha muerto, y se estima que casi 35 personas han perdido la vida a causa del terremoto.

Los propios sobrevivientes han realizado las tareas de rescate hasta que ha llegado la ayuda humanitaria, misma que no ha llegado a todo el país. Muchos vecinos lamentan que la ayuda no haya llegado antes, ya que igual se podrían haber salvado algunas vidas.

Los accesos a Anerni siguen estando cortados y para llegar a ella hay que hacerlo a pie. El sismo ha dejado en todo el país más de 2.600 fallecidos y otros 2.500 heridos.

Un trabajo arduo y peligroso

Las labores de rescate en Anerni son arduas y peligrosas, los equipos de rescate tienen que excavar entre los escombros de las casas derrumbadas en busca de sobrevivientes. El riesgo de derrumbe es alto, por lo que el trabajo se realiza con mucha cautela.

Hasta el momento, se han rescatado a 15 personas con vida en el lugar, sin embargo, se teme que haya muchas más personas atrapadas bajo los escombros.

Una tragedia sin precedentes

El terremoto de magnitud 6,8 que sacudió Marruecos el pasado viernes es uno de los más graves de la historia del país. El sismo ha causado una gran destrucción en el sur del país, donde se han derrumbado casas, escuelas y hospitales.

El Gobierno marroquí ha declarado tres días de luto nacional por las víctimas del terremoto.

con la fuerte crítica de su población  ya que no ha permitido la ayuda a países como EE.UU y Francia, que  por medio de sus ONG, está haciendo llegar toda la ayuda posible, mientras España, sigue enviando equipos de rescate como los de las ciudades de Madrid, Sevilla y valencia, los servicios del samur se han puesto a disposición, más una unidad militar, todo esto trabajando a contra corriente ya que según miguel González rescatista comenta que: “es dramática la situación por los accesos cortados y que la gente no está volviendo a sus casas, ya que tienen miedo e incertidumbre con las réplicas que puedan suceder”.