Joe Biden ha explicado en un comunicado que no busca un conflicto en Oriente Medio, pero advierte de que su país responderá de forma contundente a cualquier ataque

Estados Unidos ha llevado a cabo este viernes una serie de bombardeos en Irak y Siria en respuesta a la muerte de tres militares estadounidenses tras un ataque llevado a cabo por un grupo perteneciente a la Resistencia Islámica de Irak el pasado domingo en Jordania.

El Mando Central de Estados Unidos (CENTCOM) ha indicado en un comunicado en la red social X, antes Twitter, que los ataques se han llevado a cabo sobre las 16.00 horas (hora de Washington) contra objetivos vinculados a la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán y a milicias proiraníes afiliadas. «Las fuerzas militares de Estados Unidos atacaron más de 85 objetivos, con numerosos aviones, incluyendo bombarderos de largo alcance volados desde Estados Unidos. Los ataques aéreos emplearon más de 125 municiones de precisión», ha precisado.

El presidente estadounidense, Joe Biden, ha explicado en un comunicado que no busca un conflicto en Oriente Medio, pero ha advertido de que su país responderá de forma contundente a cualquier ataque. Según el Pentágono, entre los objetivos atacados hay centros de operaciones, centros de inteligencia, cohetes y misiles, almacenes de drones e instalaciones logísticas relacionadas con los varios ataques que los grupos proiraníes han cometido en las últimas semanas contra las fuerzas de Estados Unidos.

Al menos 18 miembros de esas milicias proiraníes han muerto en los bombardeos, según ha informado una fuente militar iraquí y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Las acciones se concentraron en la zona de Al Mayadín, considerada la capital iraní en Siria, así como en el distrito de Al Bukamal, fronterizo con Irak y una importante ruta de abastecimiento para estas milicias aliadas del Gobierno sirio.

Bombardeos «exitosos»

Aunque aún están «evaluando» los efectos de los bombardeos, las autoridades estadounidenses han señalado este sábado que los ataques fueron «exitosos» y alcanzaron con precisión objetivos militares en ambos países. Más allá de enviar un mensaje a las milicias proiraníes y a la Guardia Revolucionaria, ha explicado el portavoz del Consejo de Seguridad, John Kirby, en una llamada con periodistas, los bombardeos tenían como objetivo «debilitar» su capacidad militar «de una manera más robusta».

El funcionario ha explicado que los objetivos bombardeados este viernes fueron «elegidos cuidadosamente» para evitar bajas civiles y Estados Unidos tiene «evidencia irrefutable» de que estaban conectados con los ataques al personal estadounidense en la región. Kirby ha añadido que Estados Unidos avisó previamente al Gobierno iraquí y agregó que no ha tenido comunicación con Irán desde el bombardeo que acabó con la vida de los tres soldados estadounidenses.

Irak augura «repercusiones desastrosas» en Oriente Medio

Las Fuerzas Armadas de Irak, por su parte, condenaron los bombardeos y advirtieron que esta acción tendrá «consecuencias imprevistas» y «repercusiones desastrosas» en Oriente Medio.

«Estos ataques se consideran una violación a la soberanía iraquí, socavan los esfuerzos del Gobierno iraquí y representan una amenaza que arrastrará a Irak y a la región a consecuencias imprevistas, cuyas repercusiones serán desastrosas», dijo en un comunicado el portavoz de las Fuerzas Armadas iraquíes, Yahya Rasul.

El vocero apuntó que la localidad de Al Qaim y otras zonas cercanas a la frontera con Siria fueron objeto de ataques por parte de aviones de combate de Estados Unidos, y lamentó que se produjeran «en un momento en el que Irak se esfuerza por garantizar la estabilidad en la región».