Estados Unidos llevó a cabo este jueves la primera ejecución con gas nitrógeno en su historia, un método que ha sido criticado por sus detractores, que denuncian que puede provocar dolor excesivo en el proceso e incluso suponer una tortura.

El reo Kenneth Eugene Smith, de 58 años y condenado en 1989 por el asesinato a sueldo de una mujer, fue ejecutado en la prisión de Holman, en el estado de Alabama.

El protocolo de ejecución con gas nitrógeno consiste en colocar una mascarilla hermética sobre la cara del reo para que inhale nitrógeno puro o en una concentración lo suficientemente elevada como para resultar letal. La muerte se produce por asfixia.

En el caso de Smith, la ejecución se llevó a cabo según lo previsto, sin incidentes. El reo pronunció un breve discurso de despedida antes de que se le colocara la mascarilla.

La muerte de Smith se produjo a las 6 de la tarde hora local (03:15 GMT del viernes).

La ejecución de Smith ha sido recibida con críticas por parte de organizaciones de derechos humanos, que han denunciado que el gas nitrógeno puede provocar un dolor y un sufrimiento extremos.

Amnistía Internacional ha recordado que en noviembre de 2022 se intentó ejecutar a Smith con una inyección letal, pero la ejecución fracasó porque los funcionarios no pudieron introducirle las vías intravenosas.

En aquella ocasión, Smith sufrió «enormes dolores y sufrimientos» que le provocaron un trastorno de estrés postraumático, según la ONG.

El estado de Alabama ha defendido el uso del gas nitrógeno como un método de ejecución «más indoloro y humano» que la inyección letal.

Sin embargo, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, ha expresado su profunda preocupación por el uso del gas nitrógeno en las ejecuciones.

Shamdasani habría pedido al estado de Alabama que detuviera la ejecución de Smith y que se abstenga de llevar a cabo otras de ese tipo en el futuro.